Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
20 de mayo 2024
logo
EditorialEl Nuevo DiarioEl Nuevo Diario

Un infarto que debe ser pagado

COMPARTIR:

El resultado de la autopsia practicada al cadáver del electricista Fernando Ramírez Robles no parece dejar ninguna duda de que el ciudadano fue torturado en el cuartel policial del ensanche Naco, donde murió mientras era investigado sobre un robo en el que se le involucra.

Aunque los especialistas que realizaron la necropsia certificaron que su muerte se produjo a causa de un infarto agudo al miocardio, nadie podría asegurar que el origen del deceso no estuvo en las fuertes emosiones, dolores y temores que causan las torturas físicas. Esa hipótesis tiene mayor validez si el ciudadano Ramírez Robles no padecía de problemas cardíacos.

Pero en cualquier caso las heridas y golpes que presentaba el cadáver, también certificados durante la autopsia, son una acusación grave contra quienes fueron responsables de su interrogatorio, los cuales deben pagar con sanciones ejemplarizadoras.

El caso, aún en manos de una comisión investigadora, no debe cerrarse sin una satisfacción a toda la sociedad, la cual se ha sentido indignada por las circunstancias que ocasionaron la muerte del señor Ramírez. Pero más que eso todavía: es preciso que definitivamente se ponga fin a la práctica golpear a los detenidos en los cuarteles policiales, más aún a quienes son acusados de robo. La tortura está proscrita de todos los métodos civilizados de investigación. Hay que vencer la tentación de acudir a ella como camino más fácil para lograr confesiones, que en más de una ocasión son fruto del temor a recibir golpes.

Esta sociedad rechaza la tortura. La institucionalidad democrática nacional es significar como para que la rebasemos definitivamente Manos, pues, a la obra.

                   Otro trágico acontecimiento

Otro trágico acontecimiento que debe ser dilucidado hasta sus últimas consecuencias es el ametrallamiento que hizo anteayer un raso del Ejército Nacional contra braceros dominicanos y haitianos que cobraban sus jornales en el batey Guanuma, del ingenio Haina, el cual dejó dos muertos y 8 baleados. La sangre vertida por los haitianos Raymond Alexis y Gerard Medina, quienes perdieron la vida, y por varios braceros haitianos y dominicanos, reclama justicia. Y pide también mayor respeto por la vida humana.

Los hechos ocurrieron ante cientos de testigos, y algunos de los heridos dan testimonio de que el militar actuó con increíble crueldad y desconocimiento del valor de la vida humana. El caso está en investigación por decisión inmediata del Jefe del Ejército Nacional, mayor general Ramiro Matos González, de quien esperamos la mayor firmeza en el establecimiento de responsabilidades.

Los numerosos hechos de violencia en que se han visto envueltos los uniformados en las últimas semanas son indicativos de que urge realizar un esfuerzo para renovar en militares policías su responsabilidad no sólo en la preservación del orden y la propiedad, sino, y sobre todo, en el respeto por la vida humana Amén.

Página 6

Comenta

[wordads]