El ataque al senador colombiano Miguel Uribe Turbay conmociona a toda América Latina y exige una firme respuesta ética y judicial
Todo aquel que en América y el mundo conserve sensibilidad humana ha seguido con profunda consternación y pesar el atentado contra la vida del senador de la hermana República de Colombia, el Dr. Miguel Uribe Turbay, quien actualmente se debate entre la vida y la muerte.
Se puede discrepar ideológicamente con una figura pública, con alguien que ha decidido construir una carrera política al servicio de su nación. Sin embargo, esa diferencia jamás justifica ordenar su eliminación física. Ninguna causa, motivo o supuesto beneficio otorga el derecho a cometer una acción tan vil.
El atentado contra el Dr. Uribe Turbay constituye un crimen no solo contra su persona, sino contra la humanidad presente y futura. No se ha intentado únicamente acallar a un joven político que ha ejercido su rol público con respeto por los derechos ciudadanos; también se ha arrastrado a esta tragedia a un menor de apenas catorce años de edad.
La comunidad internacional ha manifestado su indignación y elevado oraciones por la vida del senador colombiano. Asimismo, ha exigido que se identifique y procese legalmente tanto a los autores intelectuales como al ejecutor material del ataque. Desde nuestra posición, nos unimos a estas plegarias al Todopoderoso y, al mismo tiempo, lamentamos profundamente que existan adultos capaces de urdir actos tan perversos, involucrando además a menores de edad, como es el caso del joven Juan Sebastián Rodríguez Casallas, cuya vida también ha sido trágicamente afectada.
En medio de esta tragedia, es justo reconocer la labor del cuerpo policial colombiano, que actuó con profesionalismo al detener al joven implicado en el atentado. En lugar de proceder a su ejecución sumaria —como lamentablemente ocurre en situaciones similares y que imposibilita el esclarecimiento de los hechos—, lo entregaron a la justicia ordinaria. Este accionar permite no solo la posibilidad de esclarecer responsabilidades, sino también de evitar que la justicia sea sustituida por la venganza.
Seguimos elevando nuestras plegarias por la recuperación del senador Miguel Uribe Turbay y por el fortalecimiento del respeto a la vida, la justicia y la convivencia pacífica en nuestra América.
Por: Dr. Pablo Valdez.
Contacto: valdezpablo15@gmail.com
