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24 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

¿Trata de maras?: ¡Un emprendimiento redondo!

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“Dominicana lo tiene todo” (Boyero, 2020). Quise utilizar esta frase ya conocida por muchos en el ambiente deportivo nacional, pero esta vez
parafraseando el significado en un contexto que se adueña de la entropía que como sociedad vivimos y aplicándola a este título tremendista: Trata
de Maras.

Ya las trata del Budú hace rato que existen en RD y en la frontera ese negocio esta hasta legalizado por las Fuerzas Armadas y los rangos pica
pollo, que se la buscan bien, con estos dinerillos para dejar entrar al país.

Pero ahora el emprendimiento podría crecer, si por ahí comienzan a entrar también las maras y se convierten en Tana, las maracutanas
dominicanas.

Es que las intenciones que tiene el presidente Bukele para el Salvador son buenas: que no existan más pandillas en su país y como el fin justifica los
medios, se hará cualquier cosa para lograrlo.

De hecho ya se ha apropiado de la Constitución de su país y por decreto eliminó no sé cuantos municipios, así habrá menos legisladores.
También se auto habilitó para poder optar por un nuevo mandato (reelegirse), muy a pesar de que la constitución de su país lo prohíbe.

La ruta que lleva Bukele en su país no luce apegada a principios democráticos por lo que al final del camino se podría encontrar con sorpresas, porque una cosa si es cierta, la lealtad no es amiga del poder, porque los políticos de aquí y de allá, para alcanzarlo vuelven a crucificar al Mesías de ser necesario.
Pero quedándonos en el título tremendil, se están dando dos comportamientos marísticos interesantes.

Mientras se vende la idea al mundo de que El Salvador gana la guerra contra las maras y eso atrae más turistas, en la Dubai del Caribe, tierra de las marcas país, (o sea en Dominicana), se proliferan las pandillas y no dude usted si algún negocito pensado por políticos y mercenarios creativos implementen el propósito del pensamiento globalista e internacionalista, de cero fronteras, Trata de Maras, y que esto esté ocurriendo, con socios y compinches dominico-salvadoreños.

O tal vez con un esquema un poco más complejo, de composición tripartita, pues es sabido que Bukele ofreció ayuda a Haití y abrir una oficina para enseñarles usando el Benchmarking, a combatir el flagelo de las bandas armadas.

Es que Bukele viene siendo como una especie de súper héroe, portador de los genes mesiánicos para toda Latinoamérica.

Pero mientras disminuyen las maras en el Salvador, crecen las pandillas (maracutanas) en dominicana. Y muy pronto se verá el deterioro de la
ventaja comparativa turística nuestra, pues en el fondo somos países competidores en materia turística.

El Salvador no tanto precisamente por las maras, pero si estas se eliminan allí y llegan a nuestro país y se instalan, o entran por Haití y luego vienen
al país, entonces, se cerraría el circulo, y un nuevo estado fallido nacería en el Caribe, ya no seríamos la Dubai del Caribe, sino el narco estado de República Dominicana, adornado con las maras incontrolables negociadas para limpiar el Salvador mientras se mina la paz y la tranquilidad de dominicana con estos nuevos invitados.

Parece una novela, parece una utopía, o ¿será necesario parafrasear aquello ya citado?. “Dominicana lo tiene todo”, (Boyero 2020).
Es que aquí por dinero somos capaces de todo y nada detiene al corazón que ama el dinero.

Y esto ya es parte de la genética de nuestros depredadores de la política y de los mercenarios que les financian.
Así que lo menos que podemos hacer, es tener un estricto control y vigilancia de fronteras para ubicar a cualquier Turista Marístico
proveniente del Salvador y tenerlo bajo control todo el tiempo.

No vaya a ser cosa que mientras se entrena a Haití para que combatan las bandas, combinen en República Dominicana bandas que huyen de Haití y
maras que huyen del Salvador y se entrene a dominicanos, para tener una nueva marca país: Las maracutanas dominicanas.
Y como diría el merengue: Ay Tana, la maracutana.

Por Julián Padilla

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