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7 de mayo 2024
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OpiniónNelson A MarteNelson A Marte

Terminamos 2023 divididos ¿Y…? 

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“Separad el trigo de la cizaña”, Mateo 13:24-52

Un seguimiento a los comentarios, líneas y balance informativos y de opinión, de los discursos y registros de las encuestas y las redes indica que los dominicanos concluimos 2023 divididos.

Nos divide la posición frente al porvenir: Unos trabajamos con optimismo, fe y esperanza, convencidos de que por sus virtudes y capacidades el pueblo dominicano saldrá adelante frente a las adversidades que hoy afectan al mundo.

Y otros viven embargados por el pesimismo, no creen en la resiliencia ni en la capacidad de sobrevivencia y superación mostrada históricamente por nuestro pueblo.

Nos acabamos de dividir sobre la renovación del Tribunal Constitucional: unos atacan a los jueces elegidos, otros los respaldan o fingen apoyarlos por sus excelentes hojas de servicio.

Nos dividimos acerca de si mantenemos y fortalecemos, o no, un ministerio Público independiente, encabezado por las íntegras magistradas Miriam Germán Brito y Yeni Berenice Reinoso.

Estamos en aceras opuestas sobre si debemos ampliar y profundizar, o no, la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Somos oriundos de puntos antípodas sobre si el presidente de la República y su familia deben, o no, ser ejemplo de honestidad personal y no formar entidades ni hacer negocios con el estado y sus contratistas.

Somos de pensar contrario en relación a si debemos continuar fortaleciendo, o no, la institucionalidad, la separación de los poderes del estado que dan lugar al respeto a derechos y deberes y al imperio de la ley.

Nos dividimos sobre si debemos tener, o no, una Cámara de Cuentas no politizada, que instrumente y dé curso legal a auditorías no maquilladas a toda persona o entidad que administre fondos públicos.

Vamos separados en cuanto a si debemos concertar, o no, reformas económicas, sociales y políticas que sirvan de plataforma a la unificación de toda la sociedad en la instauración de un modelo de desarrollo integral, incluyente y equitativo.

Estamos de un lado y de otro en cuanto a si debemos tener un Pacto de Nación frente a los desafíos que nos ha impuesto históricamente, agravados ahora, la eterna crisis de Haití.

Nos dividimos en si seguir avanzando sobre los modestos avances logrados por nuestro sistema educativo desde 2018, según confirman las Pruebas Pisa, o quedarnos rumiando en una mar de lamentaciones, quejas y porfías.

Estamos en polos opuestos sobre hundirnos en un catastrofismo estéril, quejándonos de que todo está mal y nada sirve, o continuar tirando pa’lante, como nos valora el mundo.

Separados estamos entre quienes estamos conscientes de que heredaron un país subdesarrollado, con mil rezagos estructurales, y que debemos trabajar con fe cada día para legar una mejor nación a quienes nos sucedan, y quienes tienen poquita o ninguna fe en el pueblo dominicano.

Simplemente, estamos divididos entre quienes vemos el vaso medio lleno y quienes miserablemente lo ven medio vacío.

Eso es malo, porque nos resta y distrae fuerzas para avanzar.

Pero es bueno porque siguiendo la parábola de Mateo nos da claridad para separar el trigo de la cizaña, y porque nos recuerda que somos una democracia en proceso de mejoras, que defiende el derecho a las opiniones de unos y de otros, aunque no podemos retroceder en la marcha que debe hacernos cada vez mejores.

Adelante.

POR NELSON MARTE

 

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