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10 de mayo 2024
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OpiniónManuel Hernández VilletaManuel Hernández Villeta

Temas para el año venidero

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Los males de hoy, no se van a terminar con el último día del año. Si no se trabaja para paliar esa situación general, no habrá formas de que mejoren los niveles de vida en el país. Aparte de los días marcados por el almanaque, la lucha tiene que continuar.

Nuestra agenda tiene bien claro que hay serios problemas en la educación, la salud, control de la delincuencia, el empleo, los planes habitacionales y la migración ilegal haitiana. Hay más temas, pero estos deben ser prioritarios.

Durante todo este año, ninguno de estos estamentos fue tocado a fondo. Parecería si como dice el pueblo se le diera un paño con pasta. Hay que entrar el bisturí hasta lo último, si es que se quiere derrotar a los males sociales. La gran mayoría de dominicanos está clamando para soluciones de los inconvenientes comunes.

La migración ilegal haitiana es indetenible. Lo ideal es que se dé una política migratoria de frente, que pare en la frontera a todos los haitianos que tratan de seguir invadiendo de forma pacífica a la República Dominicana.

La política migratoria dominicana no es original. Esta acorralada por posiciones que emanan de las grandes potencias. La frontera puede estar blindada por miembros de la milicia dominicana, pero la realidad  es que las soluciones no vienen de las armas, sino del litoral político. Hay una presión internacional para que se dé la frontera abierta, donde los dominicanos se crucen de brazos y dejen a los haitianos venir aquí sin control y sin sanciones.

En cuanto a las viviendas, hay un profundo déficits que no se va a solucionar con buenas intenciones. El gobierno puede construir cientos de proyectos habitacionales, pero solo no podrá controlar la carencia de viviendas. Se necesita que se amplíen los programas de apartamentos de bajo costo que ejecuta el sector privado. Sacar a familias de la pobreza, es facilitarle una casa.

 La delincuencia, de acuerdo con todas las encuestas, es uno de los principales dolores que tiene la familia dominicana. Como no se ha trabajado en la etapa de la prevención, los niveles de violaciones de las leyes  lucen indetenibles. El plomo y los intercambios de disparos no van por si solos a detener la ola criminal.

Junto a la acción policial, hay que trabajar en mejorar las condiciones de vida en los sectores excluidos. Siempre detrás  de los soldados del crimen, hay un  historial de miseria y promiscuidad. El trabajo es a largo plazo, mientras a corto se espera que las autoridades cumplan con su deber. ¡Ay!, se me acabó la tinta.

Por Manuel Hernández Villeta

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