EL NUEVO DIARIO , SANTO DOMINGO.- El magistrado Luis Henry Molina, presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del Consejo del Poder Judicial (CPJ), pronunció un discurso este miércoles primero de mayo, durante el acto de juramentación de 239 nuevos abogados y abogadas.
La audiencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia para la juramentación de abogados fue dedicada a Ana Teresa Paradas Sánchez, la primera abogada de la República Dominicana, en una época en la que los derechos de las mujeres eran limitados.
A continuación compartimos íntegramente en documento adjunto el discurso del presidente del Poder Judicial.
Discurso del Magistrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia
Audiencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia para la Juramentación de Abogados en honor a “Ana Teresa Paradas Sánchez”
Sala Augusta de la Suprema Corte de Justicia, 11:00 a.m. del 1ro. de mayo de 2019
Abogadas y abogados, Servir es la mayor honra que pueda obtener una persona que decide ponerse de cara
a la sociedad.
Por eso, es de mucha satisfacción estar ante ustedes en esta Sala
Augusta, así como ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, en este acto en el
que se comprometen a servir ante los tribunales de la República.
Estoy seguro, de que las 138 nuevas abogadas y los 101 nuevos abogados, se pondrán
la toga y serán guardianes de la Justicia, agentes de las leyes, y van a ejercer su
profesión con dignidad.
La Constitución, que nos protege, además nos faculta y nos
hace beneficiarios de toda la bondad de la República.
Pero también trae consigo la
responsabilidad superior de ser justos y de serlo con los hechos.
El Derecho como sistema es el mayor instrumento de defensa de las libertades que
puedan haber diseñado y desarrollado los seres humanos. Es la fuente y el marco de
intercambio que permite perfeccionar la vida en sociedad.
Hablamos del día a día de
su nueva vida. Porque, como escribió Albert Camus: “si el hombre fracasa en
conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo.”
El gran jurista uruguayo Eduardo Couture lo expone de la mejor manera en su libro
“Los Mandamientos del Abogado”.
La sabiduría de estas breves palabras lo convierte
en un decálogo que todos debemos atesorar y ejecutar en nuestra práctica diaria.
El primer mandamiento de Couture es Estudia.
El derecho se transforma
constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
2º Piensa. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3º Trabaja. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
4º Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que encuentres en conflicto
el Derecho con la justicia, lucha por la justicia.
5º Sé leal. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas
que no es digno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo.
Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices.
6º Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada
la tuya.
7º Ten paciencia. El tiempo toma venganza de las cosas que se hacen sin su
colaboración.
8º Ten fe. Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz, como sustituto
bondadoso de la justicia; y sobre todo ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho,
ni justicia, ni paz.
9º Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando
tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10º Ama tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en
que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle
que se haga abogado.
Les dejo esas diez máximas para reflexionar e incorporarlas en su ejercicio diario.
Quiero aprovechar la oportunidad para poner en relieve la figura de Ana Teresa
Paradas Sánchez, a quien dedicamos la juramentación de hoy.
Ella fue la primera abogada de la República Dominicana, en una época en la que los derechos de las
mujeres eran limitados.
Nació en 1890, también fue profesora graduada de la Escuela
Normal Superior, feminista y una ferviente luchadora contra la Ocupación Militar
Norteamericana de 1916.
Recorrió el país junto a otras luchadoras para organizar las Juntas Patrióticas de
Damas. Su “iluminado intelecto, amplitud de pensamiento y la lucidez de sus justos
razonamientos” fueron reconocidos en varios escritos.
Aunque hay poca información
sobre su vida personal, hasta su muerte en 1960, Ana Teresa Paradas Sánchez fue
reconocida como una luchadora de ideas elevadas y una abogada de gran inteligencia.
A partir de hoy son abogadas y abogados ante los Tribunales de la República.
Les exhorto a ejercer el Derecho con dedicación y sentido del deber ante la sociedad.
En nombre y representación de la Suprema Corte de Justicia ¡Muchas felicidades y
que Dios les bendiga!




