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28 de diciembre 2025
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OpiniónMihail GarciaMihail Garcia

Senasa, don Juan y la Gestión Pública

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El servicio público no debe verse como un trampolín de crecimiento económico y estatus social. El fin principal de todo servidor público debe ser impactar en la mejoría de la calidad de vida de la gente. En ese sentido y a propósito del terrible escándalo del Senasa, me permito compartir con ustedes, mis lectores, algunas enseñanzas del maestro Juan Bosch que deben regir el ejercicio de todo político que aspira a liderar, gestionar y transformar la sociedad desde el poder.

Por eso, cuando uno se involucra en la política debe tener claro que “A la patria no se le usa, se le sirve” y que cualquier persona que aspire al poder o lo alcance debe saber que “…sólo valen cuando salen indemnes del juicio histórico. Para los hombres de poder, el triunfo no está en alcanzarlo, sino en merecerlo”.

Así las cosas, los hombres de Estado deben tener muy en cuenta, y quizás ese es el fallo de algunos de los que nos gobiernan, que a la gestión pública no se llega “…para gobernar con amigos contra enemigos, sino para gobernar con dominicanos para el bien de los dominicanos”. De manera que, lo importante es la tecnificación de la gestión y que se logre entender que lo esencial es el compromiso y la lealtad con el buen hacer.

En fin, querido amigo funcionario o servidor público, cuando usted esté en una posición de liderazgo en el Gobierno, asuma como único norte el hacerlo bien y no haga eso esperando nada más que la satisfacción personal porque como decía don Juan:

“El que sale a pelear por los demás no debe ir cabalgando sobre la esperanza de cosechar aplausos y vítores nada más”.

Porque es muy probable que ante la descomposición que vive la sociedad nadie le celebre su seriedad, su buena gestión y su honestidad, pero la única forma de salir ileso del juicio de la historia es trabajando por tener una conciencia limpia.

De manera que, cuando usted esté ante el riesgo de un acto de corrupción, muchas veces propuesto por sus «amigos» o «cercanos», recuerde que «Lo más importante para líderes y partidos es distinguir entre amigos y enemigos. Si se trata de líderes y partidos revolucionarios, su amigo es únicamente el pueblo, y los enemigos del pueblo son sus enemigos”.

Y el que roba lo del pueblo o atenta contra este debe ser visto, no importa cuán cercano sea, como nuestro principal enemigo.


Por Mihail García

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