Sembrando por la Patria puede ser muy variado ya que la primera siembra debe ser siempre educar cual sea la temática, desde la que los padres nos dieron y que debemos plantar en nuestros hijos y estos a los suyos, como cada ciudadano hacer lo mismo con los de ellos.
Ahora bien. La siembra de plantas y es la esencia de esta colaboración es que viendo todos la situación mundial que presenta el globo terráqueo en su medio ambiente y afectado grandemente sus recursos naturales, debemos pensar y reaccionar con algo que por simple que sea o luzca, puede ser grande o muy grande.
Si unimos voluntades como ciudadanos que amamos nuestra madre tierra que es la Patria común de todos, no importa que sea el suelo nativo o el planeta llamado tierra, si decidimos accionar en algunas acciones de sembrar árboles sean cuales sean desde los que nos alimentan como los frutales, maderables que nos protegen o los artesanales, medicinales, los que por ser bellas sus flores alegran el espíritu, ayudaran a mejorar las condiciones ambientales de esta bella Quisqueya, pero aun más favorecerán otras regiones indirectamente o proveyendo intercambios que nos benefician a todos.
Unas sugerencias para este final de cuarto de siglo al írsenos este año o iniciando otro ciclo natural, que podemos y/o debemos hacer que sea un estímulo para niños, jóvenes, adultos, servidores privados y públicos incluyendo aquellos que han jurado defender la Patria como los militares, policías, bomberos, entre otros, que sucedería si todos nos estimulemos a sembrar y las modalidades pueden ser variadas sin mostrar beneficios económicos y diríamos, que ojala que sí se pueda, como estímulos al bolsillo o como al alma del ciudadano. Veamos algunas acciones posibles por simples o grandes que sean debemos estudiarlas. Los árboles son nuestros aliados.
Las siembras en nuestros patios pueden beneficiarse mucho pues en el concepto de patio caben desde un frutal a uno de flores, pero el patio común en la comunidad, incluyendo las vías públicas como avenidas e incluso las carreteras podemos sembrarlas con muchas plantas ornamentales y maderables, pero también desde esfuerzos comunitarios como los educativos y de clubes, campañas de reforestación de áreas degradadas o simplemente forestar pues debemos estimular, incluyendo las comerciales.
Si en un día memorable, como nuestros aniversarios de nacimiento o de recordación de un antepasado que partió ante el Señor, además de darle o llevarle flores, además si les sembramos un árbol solo o con familiares y amigos. Celebras tu cumpleaños y sembraremos cada año millones de árboles.
Es cierto que los gobiernos todos siempre han y tienen programas en esas líneas, como también muchas empresas nacionales e incluso programas de colaboraciones internacionales.
Hoy hemos visto con mucho agrado la participación del Dr. Max Puig definiendo acciones internacionales de las cuales podemos y somos actores hoy, pero mañana podemos accionar mucho al respecto y debemos.
Hemos escrito y desarrollado en lo personal, como profesional, algunas acciones que solo enunciamos hoy y que podemos replicar nueva vez, como han sido las del “Cerdo que reforesta”, “Viviendas por foresta”. “La leche que reforesta” u otras que ojalá sean escuchadas y estudiar de cómo podemos imitar aún más estas por la inseguridad fronterizas y en las altas montañas nuestras como los daños ultramontanos.
Nos referimos muy específicamente que si copiamos y adaptamos éxitos de otras naciones como Taiwán, una reforma agraria de hombres y mujeres de armas sean militar, policial, bomberos forestales, etc. y así podemos proteger miles o cientos de miles de tareas de nuestro territorio con la siembra de maderables, bambú, frutales, entre otros tipos de plantas con un buen programa diagramado a sus retiros luego del servicio a la Patria que hoy es amenazada con factores como cortes indebidos de nuestros árboles, convirtiéndolos en defensores nueva vez del territorio y empresarios de éxitos si se diseña y administra un buen programa.
Para estos programas puede aparecer el capital económico si ponemos el capital humano y lo refiero por mis conocimientos y contactos, siendo Embajador Dominicano ante el Japón como al oír al Dr. Max Puig dialogar sobre la temática.
“Unamos voluntades y Sembremos por la Patria este 2025 y siempre”
