La seguridad ciudadana sigue siendo un tema muy importante para el país. Al menos figura como la principal preocupación de la población cuando es consultada por los sondeos, pero igual por la forma arisca en que está viviendo la gente.
El llamado raterismo se ha convertido en un problema cotidiano en muchos sectores. Está tan presente que ya no parece sorprender a la gente y muchos ni siquiera se querellan cuando son atracados.
Hemos estado creando condiciones para poner control a esta situación, pero nos ha faltado un plan claro de seguridad ciudadana. Si no ponemos freno, este es un mal que se multiplica como las verdolagas, lo que atenta contra personas, economía y la política.