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29 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

Seguridad ciudadana: Eduquemos por la prevención

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Aprender significa necesariamente cambiar de conducta. Hay un dicho que insiste al decir, el que sabe y no actúa, no sabe. Y tratando de dar una escena en la cual todos pudiéramos identificarnos, si usted cae de nuevo en el mismo error cometido, ese error que le costó tanto pesar, entonces no aprendió del error y sencillamente no ha aprendido.

Sabes cuál fue el error, sabes porque cometiste el error, sabes el impacto negativo que tuvo y vuelves de nuevo a cometer el mismo error y a sufrir los mismos daños.

Eso recuerda la canción que fue un éxito que mostraba una estrofa fundamental: tropecé de nuevo con la misma piedra.

Pero no solo es importante reconocer la importancia del aprendizaje para avanzar a mejores escenarios en la vida, sino que también, cuando el éxito es compartido y otros necesariamente deben tener un concurso sobre todo en los procesos del cambio, surge desde lo más profundo del alma humana una verdad difícilmente refutable: sin participación, no hay compromiso.

Cuando estamos rodeados del poder y nos gustaría que las cosas sucedan de una forma distinta, no basta ni el procedimiento, ni la política, si el personal si la gente, si la comunidad le niega el apoyo.

Por esto no bastan las buenas intenciones, que nadie puede durar han existido y existen. Sin embargo, la responsabilidad sigue siendo compartida, para que se pueda hablar de una sociedad que aprende, guiadas por instituciones y lideres que aprenden.

Muchas veces, necesitamos darnos un baño de pueblo, bajar de esa torre de marfil donde no acomodamos en una zona efectiva de confort, bajo la creencia de que tan solo basta con emitir una resolución o lograr un decreto.

Y lo hemos repetido en otras ocasiones, podemos llevar el caballo a palos al rio, pero no podemos obligarle a tome del agua, este toma del agua, si quiere.

Y esa colaboración consciente y voluntaria es que la que debemos lograr, para que cambios significativos se puedan dar en nuestra sociedad y los niveles reales de influencia desde las instituciones sean positivos, aceptados, tolerados, apoyados y hasta aplaudidos.

No importa lo que haya ocurrido en el pasado, intentamos llevar el caballo a palos al rio, y no logramos que tomara del agua. Y con esto, nos hemos ganado muchas mal querencias de la gente y nos hemos ganado etiquetas, muchas de ellas injustas, si tomamos en cuenta la naturaleza del trabajo, lo difícil que es el cambio cultural bajo presión y sobre todo, el haber obviado la educación a tiempo, para poder gestionar de manera más efectiva, la aceptación del cambio.

Aunque esta reflexión podría aplicar a cualquier institución pública o privada, donde se toman decisiones que pueden afectar a toda la colectividad y toda una nomina laboral, quiero circunscribirme en lo que veo como una facultad de iniciar actividades y tareas pro activas, adelantándonos a las fechas que en dos trimestres mas se acercan y que vuelven a retar a toda la sociedad dominicana.

Independientemente de que existen razones hasta personales en un momento dado para que alguien pueda protestar por el ruido, el volumen y otros temas de contaminación sónica, también existen otros temas correlativos que vale la pena comenzar a manosear, a socializar, a explicar, con el objeto de lograr el compromiso de la gente, haciéndoles participes del que, porque, cuando, como y porque se estarían realizando los cambios o tomando cuales medidas.

En una ocasión conté una historia verídica, de una explicación que un amigo nos daba, esto había ocurrido en los gobiernos morados, y específicamente en una medida que el ministerio de interior y policía de entonces había anunciado y era colocar el horario hasta las 2 am y no mas, para la venta de bebidas alcohólicas y para el cierre de los establecimientos nocturnos.

Recuerdo que aunque no era un visitante a esos lugares, no estuve de acuerdo con la medida y este amigo, que en ese entonces era alto oficial de la policía nacional, me hizo reflexionar, al indicarme la razón que entendía avalaba la decisión de ese horario.

Ese amigo me dijo, lo que pasa es que luego de las 2 am, en nuestro país, opera el crimen organizado y prácticamente no se le puede garantizar la seguridad ciudadana a nadie. Luego de las 2 am, suceden muchas cosas en ese sub mundo, y lamentablemente los daños colaterales hay que evitarlos.
Cuando se me dio esa explicación, me dije, bueno, es mejor que ya la gente esté en su casa y así se evita una bala perdida o encontrarse en algún enfrentamiento inesperado o en alguna redada que no se relaciona en nada con nosotros.

Viendo nuestro acontecer, tengo la creencia que esta situación se tuvo que agravar mucho más, pues estamos hablando de más de 10 años atrás.

Pero solo cito este ejemplo y de repente, la población con alguna campana bien orquestada, bien dirigida, con la intención de educar, de explicar, de buscar la colaboración voluntaria, el compromiso y el apoyo de la gente, no para hacer política, sino para prevenir de forma efectiva la criminalidad, los daños colaterales e indeseados, será necesario mantener las medidas que fueron tomadas en el pasado diciembre.

No esperar que llegue diciembre, si podemos educar al pueblo desde ahora, si podemos lograr una comprensión y un apoyo de la comunidad. Es nuestro parecer y esa reflexión se la dejamos a las autoridades, para que en lugar de un éxito individual o institucional, se pueda tener un éxito colectivo y compartido con una comunidad comprometida con la misma seguridad ciudadana.

Por Julián Padilla

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