EL NUEVO DIARIO, REDACCIÓN DIGITAL. – El joven actor mexicano Sebastián Zurita sufrió este fin de semana un duro golpe personal al conocer la muerte de una de las personas más significativas en su vida.
Zurita lo anunciaba en sus redes sociales a través de unas imágenes y un escrito conmovedor para despedirse de su gran amigo y mentor Felipe Cazals.
«Con el corazón abatido y triste. Una frustración tanto conmigo y con la vida. Me toca despedirme de un gran mentor, un amigo, un viejo gruñón pero adorable, un visionario y alguien que le dio voz a México de la manera más real que él podría imaginarse», arranca su emotivo escrito.

«Gracias por el cine que nos dejas, por el amor a lo que hacías, por ese genio implacable pero más que nada gracias por dejarme acercarme a ti cómo ser humano y poder escuchar tus platicas, tus enseñanzas y tu visión a futuro. El cine se viste de luto, la cultura de México pierde a un grande y yo pierdo a un amigo», prosiguió.
Pero, sin duda, una de las partes más emotivas de esta carta fue la despedida, en la que Sebastián hace referencia a su madre, la siempre inolvidable Christian Bach. «Te tomas un vinito con mi mamá ahora que la veas. Te quiero», concluyó.
Cazals, como bien definía su discípulo a quien contrató para la cinta Ciudadano Buelna, fue una pieza clave del cine mexicano. Sus películas fueron un referente histórico además de la voz de muchos asuntos sociales que afectaban a diferentes sectores sociales.
Su compromiso no solo era con el cine, sino también con la gente gracias a sus historias llenas de fuerza y significado. Un claro ejemplo de ello fue Canoa, un retrato del cruel linchamiento de trabajadores universitarios en San Miguel Canoa, Puebla. Trabajo por el que se llevó el Oso de Plata al Premio Especial del Jurado en el Festival de Berlín en 1976.
Emiliano Zapata, El apando, Las Poquianchis o Bajo la metralla son otras de las muchas cintas de éxito que deja como legado cultural. Gracias y buen viaje, Maestro.




