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14 de mayo 2024
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OpiniónPedro RenePedro Rene

“Se busca ministr@ de la juventud”

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Cualquiera pensaría que se trata de la más reciente versión de la saga “Misión Imposible”, protagonizada por el afamado actor Tom Cruise. ¡Caramba! , que difícil se le ha tornado al Presidente Luis Abinader colocar como titular del ministerio de la juventud, a alguien digno para la posición de ministro de la Republica Dominicana.

Primeramente, se estrenó como ministra de la juventud Kimberly Taveras, quien tras una serie de reportajes de la periodista de investigación Nuria Piera, ella (Kimberly) se vió en la obligación de renunciar o el presidente le pidió la renuncia. Lo que sí se comprobó es que la otrora ministra, era o es una pieza clave en un entramado que se conformaba de intereses particulares, familiares y tráfico de influencias con los cargos políticos. Nunca se puso en duda su preparación para el cargo, pero sí se dudaba que pudiera encabezar un ministerio sin seguir actuando como hasta el momento de ser ministra.

Posteriormente, el Presidente colocó en esa posición a quien hasta el día de hoy ostenta el cargo de ministra de la juventud, Luz del Alba Jiménez Ramírez, la cual junto a su padre y su madre tiene convertido el Instituto Técnico Superior Comunitario, en un antro del tráfico de influencias y el nepotismo en su máxima expresión (hechos denunciados por la periodista Priena Almonte). ¿Acaso no se dijo que este tipo de prácticas la íbamos a cambiar? ¿Está Luz del Alba en buenas condiciones éticas y morales para dirigir una institución del Estado? ¿Por qué mejor aprovechamos que no aparece alguien digno para dirigir el Ministerio de la Juventud y lo cerramos? Así como se está haciendo con la OISOE, podríamos eliminar ese ministerio inoperante y traspasar sus facultades y su presupuesto al Ministerio de Deportes y Recreación… ¡Eso es cambio!

Al final de la jornada, lo que importa es lo que uno hace, no lo que uno dice. Y cuando la lengua anda por un lado y las manos por otro, entonces se pierden la credibilidad y la confianza que los demás depositan en uno. ¡Coherencia!

Por: Pedro René Almonte Mejía

 

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