Parecería que Israel se ha ensañado contra los niños y ha decidido exterminarlos. Es lo que está haciendo con los bombardeos indiscriminados en la Franja de Gaza, alegando combatir los ataques de Hamas. Su ofensiva es de exterminio, tan cruel y más evidente que el Holocausto que se ejecutó por las fuerzas oscuras de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial y que concluyó en el año de 1945 con la intervención de los aliados que incluyó a naciones como Inglaterra, Rusia y Estados Unidos contra los alemanes y sus aliados.
Estas matanzas de niños y civiles están siendo llevadas a cabo ante los ojos de todo el mundo, incluyendo las vivas imágenes que nos brindan los satélites a través de los medios de comunicación escritos, televisión, radio y las redes sociales. Es algo verdaderamente espantoso lo que está pasando, sin que haya habido ninguna acción para parar esta masacre criminal contra los palestinos.
Quienes pueden se han limitado a los llamados a Israel para que haga un cese al fuego. Incluso, Estados Unidos que ha sido históricamente su soporte desde el 1948 en que los israelitas se establecieron en esos territorios, luego de la Segunda Guerra Mundial, bajo el alegato de la Tierra Prometida, ha tenido fuerza moral para detener su acción criminal. Se está llegando a los ataques vulgares en una lucha desigual, atacando a todo el que se encuentre por delante, sin discriminar a quien se mata.
El mundo no puede llegar a quedar imposibilitado de reaccionar ante esta matanza de niños y civiles sin hacer nada para impedirlo. Sería como admitir que todo será posible cuando alguien tiene la fuerza para hacerlo y le falta la moral para detenerse. Y si es así, llegamos a donde se acabaron los límites.




