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26 de abril 2024
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OpiniónAmerfi CáceresAmerfi Cáceres

SANA AL MUNDO: Bruja, pero sin bola de cristal

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En unos pocos días el sol terminará su recorrido de unos 365 días que marcaron el año 2022. Un año señalado por dos grandes eventos que degeneraron en las peores crisis de los últimos años: la herencia pestilente del COVID-19 y el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, dos grandes acontecimientos que quedarán en la impronta del siglo XXI y de los cuales aún en el próximo milenio —si la raza humana sobrevive— los libros de historia estarán rememorando lo terrible de estas calamidades y lo mal que la pasaron sus protagonistas.

Del primero aún no nos habíamos recuperado cuando el 24 de febrero de este año, 2022, estalló el segundo, profundizando aún más la crisis mundial y, presagiando un clima de incertidumbre.

Al inicio de cada año las personas siempre se desean 3 cosas: salud, dinero y amor. Irónicamente las 3 cosas que han sido tan duramente atacadas en estos últimos, como si se tratase de una especie de conspiración de la madre naturaleza y los instintos y bajas pasiones humanas; la salud nos fue robada por causa del virus, el dinero se lo llevó la crisis provocada por la misma, e incrementada por la crisis en Ucrania, y el amor no se reflejó en una mediación pacífica que pusiera fin al conflicto.

Mientras en República Dominicana estábamos celebrando la cena de Nochebuena, 24.000 personas murieron de hambre en todo el mundo; familias enteras quedaron separadas por la guerra; miles de madres en Rusia y Ucrania —para citar pocos casos— no volverán a compartir la cena de Navidad con sus familiares caídos en batalla por el egoísmo, la barbarie y la ambición, y los únicos fuegos artificiales que anunciarán la llegada de un nuevo año serán los fuegos de artillería, cañones y morteros, sonidos de metralla, cohetes y misiles que arrancarán la vida de quienes alguna vez se encontraron en el mundo de los vivos.

El invierno inició en el hemisferio norte el 21 de diciembre, hemos sido testigos de temperaturas extremas, frentes fríos y tormentas invernales en múltiples localidades de EEUU que han arrancado la vida a decenas de personas. Todo esto apunta a la llegada de acontecimientos de mayor gravedad en suelo europeo, desgastado por la guerra en Ucrania y precios elevados en materia energética. Millones no saben como afrontar las altas tarifas de la energía eléctrica, el elevado precio de la calefacción este invierno y sobre todo los que resultarán más afectados, los vulnerables.

Temperaturas de 10°C se verifican en países como Suiza, Luxemburgo y otros del norte de Europa, presagio de desastres naturales y una bestia durmiente pero silente que amenaza con destruir toda la raza humana, el «Cambio Climático».

La naturaleza se ha revelado contra la humanidad, las plantas se resisten a dar sus frutos, el suelo ha perdido los minerales que la nutren, tanto así que tenemos que envenenar la tierra para que esta nos los entregue.

Tras siglos de explotación indiscriminada de los recursos naturales hoy cosechamos lo que sembramos.

¡Estamos destruyendo el planeta!

Le dimos un año de respiro a la Tierra cuando la pandemia cubrió los 5 continentes y nos vimos en la obligación de hacer un alto y escuchar su llamado de auxilio, la Tierra fue agradecida y nos devolvió el aire puro, el río limpio y las especies reproduciéndose como nunca antes. Pero el hombre dijo, NO!. El afán por el maldito dinero en detrimento de la seguridad del planeta lo arruinó todo. Empezaron las industrias a verter su contenido en los océanos, continuamos con la perforación de la tierra en busca de pozos petroleros, seguimos extrayendo metales y minerales y los gases de efecto invernadero cubrieron como sombra nuestros cielos.

Frente a un panorama tan sombrío, ¿qué nos deparará el 2023?

Si quieres escuchar buenas noticias te invito a que consultes el horóscopo que siempre tiene algo positivo para todo aquel que lo consulta, pero es mi deber ser realista y decirte la verdad. Alguien dijo: «No se puede obtener resultados diferentes haciendo lo mismo».

El 2023 traerá consigo un incremento de desastres naturales, terremotos, tsunamis, huracanes, tornados, incendios, inundaciones, erupciones volcánicas, tormentas eléctricas, granizadas, deslizamientos de tierra, socavones, y no quisiera extender la lista. Las guerras, hechos violentos, asesinatos y atentados terroristas estarán a la orden del día.

Todo esto nos puede desalentar y hacer que incluso perdamos la fe y la esperanza en el futuro, pero el único dueño de nuestro destino es Dios. El 2023 sin lugar a dudas será un año de retos y desafíos, es posible que atravesemos la más terrible e impetuosa de las crisis, pero si iniciamos el nuevo año invitando a Dios a nuestra vida estaremos a salvo.

Por Amerfi Cáceres

La autora es periodista, locutora, Licda en leyes, líder comunitaria, empresaria.

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