EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Cada sábado la Agrotienda Sanut, ubicada en el kilómetro 10 ½ de la autopista Duarte, realiza su sábado familiar, una experiencia gratuita, que combina educación agropecuaria, entretenimiento saludable y fortalecimiento de los lazos familiares.
“Queremos acercar el campo a las familias citadinas, que los niños y sus padres vivan la experiencia del origen de los alimentos que consumen. Esa conexión con la tierra es clave para valorar lo nuestro y aportar a la seguridad alimentaria del país”, asegura Miguel A. Lajara, presidente de Sanut.
Según una nota de prensa, el encuentro, que se ha convertido en un referente cada fin de semana, es a partir de las 10:30 A.M. y no solo promueve el conocimiento sobre la vida rural, sino, que también impulsa el consumo responsable de productos nacionales y el respeto por la naturaleza.

Una granja viva en plena ciudad
Durante el recorrido por las instalaciones de la Agrotienda, los asistentes pueden interactuar con pequeños rumiantes como cabras, ovejas y chivos; conocer el proceso de producción de huevos a través de la avicultura y hasta aprender a ordeñar una vaca.
La jornada incluye degustaciones de productos frescos del campo: leche, yogurt, queso artesanal, dulce de leche y más.
Uno de los espacios más concurridos es el huerto en casa, un taller donde los participantes aprenden a transformar balcones, patios o terrazas en pequeños espacios productivos.

“La idea es que cualquier rincón puede convertirse en una fuente de alimentos y salud para la familia”, apunta Lajara.
También se desarrollan actividades sobre el cultivo de árboles frutales, la adopción y cuidado de mascotas, con asesoría para perros, gatos, conejos y la clínica de plantas, donde expertos asesoran sobre cómo cuidar y mantener jardines y plantas ornamentales en el hogar.
Una cita con el campo y con la familia
Más allá del componente educativo, el “Sábado Familiar de Sanut” es una excusa perfecta para detenerse y compartir tiempo de calidad. Contacto directo con animales y plantas, charlas con expertos agropecuarios, recorridos guiados y espacios para el esparcimiento, convierten la jornada en una vivencia inolvidable.
“En un mundo tan acelerado, esta actividad nos devuelve algo esencial: el valor de la familia y la conexión con la naturaleza”, destaca Lajara. “Cada sábado es una celebración del campo dominicano y del amor por lo nuestro”.

Así, mientras los niños acarician un conejo o siembran una semilla, los adultos redescubren los sabores del campo y la importancia de apostar por una alimentación más consciente y local.




