Hay momentos en los que el camino parece claro. Las metas se alcanzan, los proyectos avanzan, la gente te reconoce.
Todo parece estar en orden… menos tú.
Después de descubrir el motivo que me ayudaba a mantener la motivación, me encontré en una etapa donde —aparentemente— todo estaba fluyendo. Las oportunidades llegaban, el reconocimiento también. Pero, en silencio, comencé a sentir algo inquietante: me estaba alejando de mí.
Era sutil. No se notaba en el calendario, ni en los resultados, ni siquiera en los correos respondidos. Se notaba en cómo llegaba a casa. En el tipo de conversaciones que ya no tenía. En los espacios que dejé de habitar. En cómo, sin darme cuenta, había dejado de preguntarme si lo que estaba construyendo también me estaba construyendo a mí.
A veces, el éxito puede ser una forma elegante de desconectarte. Y lo digo con honestidad. Porque me costó admitirlo. Me costó frenar. Me costó dejar de complacer lo que se esperaba para escuchar lo que realmente necesitaba.
Volver a mí no fue un evento dramático. Fue un proceso. Un día en el que decidí levantar la cabeza de la agenda y mirarme con sinceridad.
¿Estoy viviendo de forma coherente?
¿Este ritmo me representa?
¿Este lugar me refleja?
Y no, no tuve todas las respuestas de inmediato, pero tuve la valentía de hacerme las preguntas.
Y eso lo cambió todo.
Me permití bajar la velocidad, reconectar con espacios que me daban paz, decir “no” sin culpa y “sí” con más intención. Me di cuenta de que no todo lo que brilla en la carrera profesional tiene que convertirse en una meta.
Algunas cosas son solo ruido con disfraz de oportunidad y hoy entiendo que el éxito no es sostenible si se construye sobre el olvido, debemos regresar a nuestra esencia y que no hay nada más poderoso que caminar tu camino sin traicionarte en el proceso.
Aprendizaje. Volver a ti es reenfocarte, recordarte, es hacer espacio para que el éxito se parezca a tu verdad, no solo a tus logros. Porque solo así, lo que construyes afuera también te sostiene por dentro.
Profesional en Gestión Humana, enfocada en el desarrollo del talento, la cultura
organizacional y el bienestar laboral. Apasionada por crear experiencias que conecten a las personas con su propósito profesional y humano.
Por: Belma Polonia González.
