La escasez es una consecuencia de la falta de previsión. La previsión es la piedra angular de una buena planificación, organización y dirección. Una situación económica precaria podría producir falta de recursos disponibles para satisfacer las necesidades del MINERD, pero no ha sido así, desde la asignación del 4%, porque casi nunca se han consumido las partidas presupuestarias de ese ministerio en un 100%, es decir, que el dinero le ha sobrado y ha sido acumulado y dispuesto en los diversos presupuestos complementarios de los últimos años. Es cierto, que a una gestión eficaz en el área educativa le faltaría dinero para suplir las necesidades del sistema. Pero, la falta de capacidad para invertir en educación, crea la necesidad de cambiar de rumbo y colocar personas capaces de tomar decisiones sobre cómo asignar eficientemente los recursos económicos para priorizar y satisfacer las necesidades más urgentes en una sociedad que exige mejor suerte en este sector.
Hay que colocar personal en el MINERD, que sepa trabajar para que los recursos aparezcan a tiempo, comprendiendo los conceptos clave de la economía y la aplicabilidad eficiente de los recursos económicos en las partes estratégicas de la planificación. Pero, en esta ocasión no me refiero a los recursos económicos, porque de eso henos hablado anteriormente.
Me refiero, a que el país viene hace décadas sufriendo una inoperancia inaudita en la gestión educativa, pero en los últimos 4 años, la falta de recursos suficientes en la educación, tanto a nivel de infraestructura como de materiales didácticos, afecta negativamente la calidad del aprendizaje y el rendimiento de los estudiantes. Los padres de familias vulnerables son los que más sufren esta situación, la que por demás coloca cargas extras a los sectores medios de la población.
Es una situación desalentadora que puede producir mayor desigualdad en el área y podría inducir abandono escolar.
Existes múltiples factores que traen esta insuficiencia de recursos. Podríamos hablar de la desigualdad socioeconómica, para referirnos a los centros escolares en zonas con bajos ingresos, los que a menudo carecen del dinero necesario para proporcionar materiales didácticos de calidad, tecnología y acceso a servicios básicos, como el agua potable y los servicios ineficiente del sector eléctrico, cuestión que afecta el aprendizaje. Esta situación se agrava en las escuelas rurales, porque ellas pueden enfrentar dificultades adicionales, debido a la falta de acceso a servicios y recursos, sumada la problemática de la distancia de las viviendas, lo que puede provocar que muchas familias se abstengan de inscribir a sus hijos, adicionando otras variables de dificultad al fenómeno.
Otras de las carencias que se suman a la falta de recursos se encuentra en la falta de acceso a internet y a la falta de dispositivos electrónicos, cuestión que limita las oportunidades de aprendizaje, especialmente en la era digital, generando una brecha digital entre estudiantes con acceso y sin acceso a tecnologías adecuadas. Como ya hemos dicho anteriormente, la insuficiente inversión en el sistema de educación, tanto a nivel gubernamental como privado, puede generar escasez de recursos en las aulas, afectando la calidad de los materiales didácticos, la formación docente y la infraestructura.
El impacto de la falta de recursos en educación, trae limitaciones en el rendimiento escolar, afectando a estudiantes de escuelas con recursos limitados, los que a menudo obtienen resultados bajos en las evaluaciones estandarizadas y de entrada, poseen mayores dificultades para comprender conceptos abstractos, afectando los aprendizajes.
Los recursos son insuficientes, desde el profesor rezagado en su actualización y motivación, hasta la desmotivación y baja autoestima, que les impide ver el horizonte con claridad. En cuanto a los estudiantes, esta situación les afecta en forma decisiva, sumando a esta situación, una real escasez de materiales adecuados y un ambiente de aprendizaje no estimulante, que puede desmotivar a los estudiantes y afectar su autoestima e incluso, alimentar la deserción.
Estrategias para abordar la falta de recursos, hay que recalcar en la inversión en educación, la cual ha sido mal distribuida en el presupuesto de cada año, pensando que educación es solo infraestructura y mobiliario, obviando cuestiones cruciales como el currículo con su contenido, actores que lo ponen en acción, el control de los aprendizajes, enfatizar las políticas que tienen que ver con identidad, cultura y conocimiento científico-tecnológico.
Es urgente aumentar la inversión en educación, pero, deben ser enfocadas las partidas presupuestarias a lo que le interesa al Estado, tanto a nivel nacional como internacional, para garantizar que todas las escuelas trabajen sobre políticas públicas del área, velando para que los recursos económicos se inviertan en las prioridades emanadas de una planificación con carácter participativo. Debe procurarse que sea de esa forma, para que el desarrollo de las políticas en educación sea efectivas, enfocadas en garantizar calidad, equidad y desarrollo ciudadano, inversión puntual para abordar necesidades especificas de cada contexto como producto de diagnósticos y estudios ponderados desde múltiples miradas.
Los profesores, los técnicos y asesores técnicos deben trabajar en su autodesarrollo profesional, auxiliados por cada una de las dependencias del sistema, invirtiendo en el desarrollo particular y en la formación profesional de cada uno de los actores involucrados en los procesos cognitivos, técnicos y psicopedagógicos, utilizándose de esa manera los recursos disponibles en forma eficaz y adaptando la inversión a las necesidades de estudiantes, los recursos didácticos, tecnológicos y herramientas de evaluación.
El presupuesto del MINERD debe prever que no todas las escuelas son iguales, por lo que deben existir estrategias puntuales de apoyo a centros educativos con recursos limitados.
Otro recurso a explotar para dinamizar las acciones escolares y vincular a los centros educativos con la comunidad, es desarrollar la participación comunitaria y desarrollar vínculos horizontales de cooperación y mantenimiento no solo de la planta física sino de la disciplina interna y externa a la escuela. Se trata de reconocer que la participación de la comunidad, incluyendo a padres, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, es fundamental para movilizar recursos y apoyar la educación.
Hemos hablado de los recursos insuficientes en la educación dominicana, se trata de los recursos no económicos, aquellos que ayudan a desarrollar a los centros educativos en forma activa. Estos recursos incluyen colaboración, innovación pedagógica, gestión eficiente de los recursos existentes, aprovechamiento de los espacios físicos, optimización del tiempo, el desarrollo del capital humano a través de la capacitación y el liderazgo del personal.
En estas ideas, se consideran a los recursos didácticos, es decir, libros, materiales audiovisuales y las TIC, junto a la infraestructura adecuada, como la planta fisca el mobiliario y la habilitación de espacios seguros, cuestiones clave para el desarrollo de las acciones escolares.
Por Francisco Cruz Pascual
