EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – El psicólogo Hanoi Vargas expresó su preocupación por la posibilidad de que los dominicanos deportados de los Estados Unidos introduzcan en el país la promoción del consumo de drogas, en particular el fentanilo.
Vargas destacó que, aunque el consumo de fentanilo no es común entre los dominicanos, estos suelen estar más involucrados en el tráfico de sustancias ilícitas, aprovechando el país como un punto de tránsito. Además, señaló que el uso de drogas estimulantes, como la cocaína, la marihuana y el alcohol, es más frecuente en la población local.
“Nos preocupan los repatriados que puedan llegar al país con este tipo de problemática, que se ha extendido en los Estados Unidos. Cuando estos casos provienen de allá, hay que prestarles especial atención, ya que es más común que los dominicanos deportados estén expuestos a esta situación”, explicó Vargas.
El experto ofreció estas declaraciones en una entrevista con los comunicadores Jabes Ramírez y Julio Clemente, en el programa El Nuevo Diario AM, transmitido a través de la plataforma digital El Nuevo Diario TV.
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El psicólogo Hanoi Vargas también advirtió sobre las consecuencias letales del consumo de fentanilo, subrayando que quienes caen en esta adicción pueden ver reducido su ciclo de vida considerablemente, ya que muchas de estas personas mueren por sobredosis.
“Cuando una persona desarrolla esta adicción, la urgencia por consumir se vuelve incontrolable, lo que puede llevarla a cometer infracciones para obtener la sustancia”, explicó Vargas.
En relación con la situación de las drogas en República Dominicana, el especialista comentó que, desde 2012, se ha trabajado en la modificación de la Ley 50-1980, la cual aborda las adicciones desde un enfoque punitivo en lugar de un enfoque sanitario.
“El tratamiento que se le da a esta enfermedad parte de la premisa de que es un acto deliberado del individuo con el único propósito de inducirse placer, sin considerar los problemas subyacentes que pueden llevarlo al consumo”, señaló.
Sin embargo, Vargas aclaró que, desde la perspectiva de la salud mental y la psicología, muchas personas comienzan a consumir sustancias a temprana edad como un intento de autorregularse emocionalmente.
Finalmente, lamentó que en el país las personas que cometen delitos menores, como romper cristales mientras están bajo los efectos de sustancias, sean enviadas a prisión en lugar de recibir tratamiento adecuado en centros de rehabilitación.
“En otros países, las personas con problemas de adicción son derivadas a centros especializados en rehabilitación, no a la cárcel”, concluyó Vargas.
