El pasado 18 de diciembre el Concejo de Regidores del Distrito Nacional aprobó tres instrumentos esenciales para la gestión municipal: el Plan Municipal de Desarrollo 2024-2028 (PMD), el Presupuesto 2026 y el Plan Operativo Anual (POA) 2026. Juntos constituyen la hoja de ruta de una ciudad que planifica su crecimiento con visión, responsabilidad y sentido de propósito. Estos documentos reflejan un esfuerzo técnico-institucional que articula metas, programas y recursos, asegurando que cada inversión pública responda a prioridades sociales reales y medibles.
El PMD 2024-2028 establece los ejes estratégicos que orientan el desarrollo del Distrito Nacional: sostenibilidad ambiental, inclusión social, fortalecimiento institucional y dinamización económica. A partir de esos ejes, el POA 2026 traduce la visión de mediano y largo plazo en proyectos concretos: construcción y reparación de aceras y contenes, parques y drenajes pluviales; ampliación de espacios públicos; mejoras en los servicios de aseo urbano y recolección de residuos; y fortalecimiento de la gestión administrativa y financiera. La Alcaldía del Distrito Nacional, bajo el liderazgo de Carolina Mejía, ha demostrado que planificar no es un ejercicio burocrático, sino una herramienta para gestionar resultados.
El Presupuesto 2026, con una distribución estratégica entre programas centrales, servicios públicos e inversión social, es el instrumento financiero que da soporte al POA y materializa las metas del PMD. Cada peso presupuestado tiene un propósito: mejorar la calidad de vida de los munícipes y consolidar una administración moderna, transparente y orientada a resultados. Este modelo de planificación vinculada, de largo, mediano y corto plazo, fortalece la gobernanza local, mejora la coordinación interinstitucional y da sentido al principio de que “presupuestar es decidir el futuro de la ciudad”.
No obstante, planificar también implica asumir desafíos. Las demandas de una metrópoli en constante transformación exigen mayor articulación entre el gobierno local, el sector privado y la ciudadanía. El reto está en garantizar continuidad, sostenibilidad y participación social en la ejecución de los proyectos, así como fortalecer los mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas. Santo Domingo avanza con un norte claro: construir una ciudad más ordenada, inclusiva y humana. Porque planificar con propósito es, en definitiva, gobernar pensando en las próximas generaciones.
Por Giancarlo Vega Paulino
Regidor del Distrito Nacional0
