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26 de abril 2024
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OpiniónRolando RoblesRolando Robles

¿Por qué el presidente no vino a Nueva York?

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Si el sentido común fuera un tanto “mas común” y menos elitista, los dominicanos que vivimos por acá nos hubiésemos ahorrado un montón de las neuronas que quemamos al tratar de buscarle explicación a un hecho que, se explica por sí solo. El axioma que planteamos estaba en boca de cada uno de nosotros, aunque no en nuestras mentes.

 

El presidente Abinader tenía planeado un viaje a la Gran Manzana cerca de la tercera semana de septiembre, para participar en la Asamblea General de la ONU, entre otros compromisos; además, es muy posible que tuviera en agenda conversaciones con autoridades y personalidades de la sociedad. Se adelantaba que, también hablaría con la dirección de su partido, y desde luego, con su representante político, el Cónsul General en NY, don Eligio Jáquez.

 

Además, se adivinaba, que “a lo mejor” tendría una que otra conversación (fuera de récord) con algunas personas, para tratar asuntos de interés exclusivo del mandatario y sus contertulios. Eso es lo que dice “el librito” cuando los presidentes vienen hasta una plaza tan importante como Nueva York; y no hay que estar “orejeado” para saberlo, solo hay que razonar.

 

Hasta este punto, todo concuerda con la norma. El problema llega cuando aparecen “los iluminados”, o sea, esos “agudos analistas de las redes sociales” más informados que los funcionarios mismos que manejan los asuntos de Estado, que por lógica son herméticos, pues no comentan, ni sugieren, ni afirman, ni niegan nada. La función de esos analistas de pacotilla es buscar y difundir explicaciones que se acomoden a sus intereses y tratar de “hacerlas virales”, como se dice en estos tiempos.

 

Esos menesteres de escuchar e interpretar el pensar de los newyorkers que me siguen en el Informativo de Canal América, de 9 a 10 de la mañana por el 1014 de Optimum, me obligaron a preguntarle a la gente ¿qué opina de la visita de Abinader? y es ahí donde entiendo el por qué dicen que “cada cabeza es un mundo”. Lo que escuché es para hacer un libro en varios tomos, pero solo trataré dos opiniones en particular.

 

El primero que me comentó, fue un amigo, candidato eterno a cualquier puesto electivo en NYC y fue muy preciso: “el presidente de ustedes -porque parece que ya él no se considera dominicano-  viene porque lo mandaron a buscar y van a leerle su sermón”. Ante tal opinión, es poco lo que se puede agregar, especialmente porque el personaje en cuestión es un “recalcitrante republicano” que, como muchos otros, participan en las elecciones locales simulando ser “demócratas”; una peculiaridad política de NYC.

 

Otro, dirigente del partido de gobierno y luciendo muy informado, me dijo con aire aires de vocero oficial: “Luis viene a verse con la Vice y vuelve la semana próxima para hablar en la ONU”. Esta opinión, por la fuente de dónde viene, me pareció mas preocupante que la anterior pero, igual me sirve para ilustrar el punto al que quiero llegar.

 

 

Me parecía sin sentido que el Presidente hiciera un viaje relámpago, simplemente para hablar con la Vice Kamala Harris, sabiendo que tiene que volver en una semana para cumplir un compromiso previo y que se considera de gran importancia para el país y el mandatario. Y más confuso aún me resultó, que nadie explicara la situación, antes de que la imaginación de los “analistas” cabalgara como corcel desbocado.

 

El asunto es que lo que debimos suponer -en lugar de lanzarnos a poner falsas ideas a caminar- es que al presidente Abinader le preocupaba que el huracán lo pillara fuera del territorio dominicano cuando se acercara al país. Por eso, una vez en Estados Unidos, el Presidente avanzó algunos de los puntos de agenda que tenía para la visita planeada previamente y así “poder marcharse con tiempo a atender su pueblo, antes de que Fiona llegara”.

 

Pero hay que admitir que ciertos sectores políticos que no están acostumbrados a ver las crisis desde fuera del poder, tratan de aprovechar cualquier situación que ellos entienden pueda descalificar al Gobierno del Cambio; y esos propósitos los mantienen criticando hasta la ridiculez todo lo que se haga, sea bueno o sea malo. Su meta hasta las elecciones próximas es mantenerse en la prensa, hablando hasta de nimiedades.

 

En este escenario de lucha por no descender del ranking de “partido mayoritario” en las próximas elecciones, algunos han caído en su propia trampa; como “el caimán que se muerde la cola” lanzando mordiscos a diestra y siniestra o más claro aún, como dice el pueblo: “le dieron a beber un poco de su propio caldo”.

 

Tal es el caso de un candidato, auto proclamado Campeón de la Conceptualización, especializado en dar consejos que nunca siguió cuando estuvo al mando y que hoy se presenta criticando todo lo que hace el Gobierno del Cambio, esté bien o esté mal; pues al susodicho, lo captaron bailando en Nueva York a bordo de un barco por el río Hudson, en una bebentina para recaudar dólares de los incautos, mientras el país se angustiaba por la llegada inminente del huracán.

 

A Luis Abinader, por el contrario, la gente lo ha visto trabajando sin descanso para que el país se recupere de los daños causados por la tormenta. Pero más importante aún, demostrándole a su pueblo que el Gobierno del Cambio no es un enunciado de ocasión      y que gobernar es asegurarse de que la mano amiga del Estado llegue sin demoras hasta los más necesitados.

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

 

 

POR ROLANDO ROBLES

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