EL NUEVO DIARIO, ATENAS.- La Policía griega acusó este lunes de tráfico humano y espionaje a diez personas, de las cuales cuatro son trabajadores humanitarios de ONG que realizan operaciones de rescate en el mar Egeo.
«Los implicados, con el pretexto de la ayuda humanitaria, facilitaban datos confidenciales a las personas que llegaban desde Turquía «, destacó la Policía en un comunicado.
Supuestamente estas personas filtraban a través de grupos privados en redes sociales datos confidenciales como la hora y lugar de salida de los botes desde las costas turcas, la dirección en la que navegaban, el número de personas que iban a bordo, así como la localización de las patrullas de la guardia costera griega y el emplazamiento de instalaciones militares helenas.
Según el comunicado, las actividades de los implicados comenzaron en junio de 2020 y «facilitaron la llegada a las islas del Egeo del norte de numerosas personas de nacionalidades extranjeras».
Los cuatro trabajadores de ONG son de nacionalidades noruega, estadounidense y dos británicos, afirmó a Efe una fuente de la Policía que se negó a especificar a que cuatro ONG pertenecen los acusados, pero añadió que los demás implicados son cuatro afganos y dos sirios.
La misma fuente destacó que no se ha producido ninguna detención y tampoco han sido emitidas ordenes de arresto.
Además, puntualizó que esta investigación de la Policía de Egeo del norte no está relacionada con la de septiembre de 2020, cuando las fuerzas de seguridad acusaron de los mismos delitos a 35 personas, de las cuales 33 son trabajadores humanitarios de ONG.
En los últimos años Grecia ha acusado a numerosos activistas y profesionales humanitarios de tráfico humano y espionaje, lo que dificulta la labor de las ONG en el Egeo.
Muchas de estas organizaciones llevan más de un año denunciando que las devoluciones en caliente de refugiados a Turquía por parte de la Guardia Costera griega se han multiplicado.
Un tema que preocupa a la Unión Europea, como demuestra la carta remitida a seis ONG griega por la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, quien calificó de «altamente preocupantes» las denuncias de devoluciones ilegales y pidió a las autoridades helenas una investigación trasparente sobre esta cuestión.
El Gobierno griego sigue negando tajantemente que se realicen devoluciones ilegales de migrantes y no solo aseguran que las numerosas acusaciones al respecto son «infundadas», sino que su gestión de las fronteras cumple con la legislación europea.
