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26 de diciembre 2025
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OpiniónArturo López ValerioArturo López Valerio

Perspectivas sobre el futuro del trabajo

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El mundo laboral atraviesa una transformación radical impulsada por avances tecnológicos, demográficos, económicos y ambientales, lo que obliga a los actores clave de todas las latitudes a homologar sus perspectivas para construir mecanismos de mitigación para los riesgos futuros.

Hace unos años abordamos la realidad multigeneracional, señalando que este es el único punto de la historia humana donde cinco generaciones están colaborando en un mismo ambiente laboral: desde los tradicionales nacidos antes de 1945 hasta Generación Z.

A finales de enero de 2025, líderes empresariales, políticos, académicos y de la sociedad civil se reunirán en Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Esta organización internacional, fundada en 1971, se dedica a fomentar la cooperación público-privada para abordar los principales desafíos globales.

Uno de sus informes más influyentes, el Future of Jobs Report 2025, ofrece un análisis detallado de las tendencias laborales y las transformaciones que definirán los próximos años. En su última edición, el WEF subraya la necesidad de adaptar la fuerza laboral global a un entorno marcado por la digitalización, la sostenibilidad y los cambios demográficos.

Otro contexto de homologación regional se produjo en diciembre de 2024, cuando el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) junto con otros organismos y académicos de América Latina, publicó un informe sobre el impacto de la inteligencia artificial generativa (IAGen) en los empleos más comunes de la región.

Este análisis, centrado en Chile, explora cómo la tecnología puede optimizar tareas laborales, destacando oportunidades de aceleración en diversos sectores. Aunque sus conclusiones se enfocan en Chile, las implicaciones son relevantes para países como la República Dominicana, donde los retos de transformación laboral son similares.

Los informes del WEF y el CENIA están intrínsecamente conectados. Ambos documentos iluminan diferentes aspectos de un mismo desafío: cómo las economías emergentes pueden cerrar brechas estructurales para aprovechar las oportunidades de la revolución digital. Estos hallazgos proporcionan una base para reflexionar sobre las acciones que la República Dominicana debe tomar para integrarse plenamente en la economía global del futuro. El país se encuentra en un punto crítico que exige tanto liderazgo como una estrategia inclusiva para responder a estas tendencias transformadoras.

Una economía digital en desarrollo

El informe del WEF subraya que la digitalización es el motor más poderoso para la transformación laboral, mientras que el estudio de CENIA revela que, en promedio, el 48% de las tareas en empleos analizados en la República Dominicana podrían acelerarse mediante el uso de inteligencia artificial generativa (IAGen). Este contraste entre el potencial y la realidad expone una brecha fundamental: la falta de infraestructura digital adecuada y habilidades técnicas en la población laboral.

En nuestras reflexiones sobre digitalización, los estudios nos confirman que la entrega de dispositivos y plataformas sin conectividad y soporte adecuados no elimina la brecha digital, sino que la perpetúa. Para que la República Dominicana cierre esta brecha, es esencial una inversión coordinada en infraestructura tecnológica y programas de capacitación que lleguen a las comunidades marginadas.

Transformación educativa: clave para el futuro

El sistema educativo dominicano enfrenta un desafío histórico. Según el WEF, las habilidades de pensamiento analítico, creatividad y resiliencia serán esenciales para los trabajadores del futuro, mientras que el estudio de CENIA destaca que los docentes tienen una oportunidad de aceleración significativa con el uso de tecnologías avanzadas.

Sin embargo, no basta con implementar plataformas; el acceso a contenidos de calidad y formación docente adecuada es esencial para asegurar un impacto real. Aquí, la República Dominicana debe adoptar un enfoque inclusivo y adaptativo que permita a los docentes y estudiantes integrar herramientas de IA en sus prácticas diarias. La personalización del aprendizaje, apoyada por tecnologías como la realidad aumentada, podría cerrar la brecha educativa que actualmente limita el potencial del país.

Brechas de habilidades y empleabilidad

Una de las conclusiones más alarmantes del informe del WEF es que el 39% de las habilidades actuales de los trabajadores quedarán obsoletas para 2030. En el contexto dominicano, sectores como la administración pública y la educación tienen un potencial significativo para ser optimizados con la tecnología, pero carecen de personal capacitado para liderar estas transformaciones.

La capacitación continua se presenta como una solución clave. En análisis previos publicados sobre la transformación digital, destacamos que las empresas deben priorizar no solo la implementación de nuevas herramientas, sino la formación continua para que estas herramientas sean útiles. Las alianzas público-privadas podrían desempeñar un rol crucial para implementar programas de reskilling y upskilling que equipen a los trabajadores dominicanos con habilidades tecnológicas y humanísticas necesarias para competir en un mercado global.

Integración laboral y social: un desafío persistente

El informe de CENIA muestra cómo las tareas rutinarias tienen un alto potencial de aceleración mediante el uso de IA, pero también expone desigualdades significativas en términos de género y regiones. Las mujeres, por ejemplo, tienen una mayor oportunidad de aceleración en sus tareas, pero enfrentan salarios más bajos y acceso limitado a recursos tecnológicos.

La digitalización no será inclusiva hasta que se priorice a las comunidades marginadas y a los sectores tradicionalmente excluidos. Las políticas públicas deben garantizar que la transformación digital beneficie tanto a las zonas urbanas como a las rurales, así como a las mujeres y jóvenes, proporcionando acceso equitativo a tecnologías, educación y oportunidades laborales.

Sostenibilidad y transición verde

El cambio climático es otro motor de transformación laboral destacado por el WEF. Los sectores relacionados con energías renovables, infraestructura verde y sostenibilidad ofrecen una gran cantidad de empleos en crecimiento. Sin embargo, en la República Dominicana, la falta de políticas enfocadas en estos sectores limita la capacidad del país para aprovechar estas oportunidades.

Debemos recordar la importancia de desarrollar competencias en sostenibilidad como parte integral de la formación laboral. La implementación de programas de formación en empleos verdes podría no solo reducir el impacto ambiental del país, sino también fomentar una nueva ola de empleos en sectores estratégicos como la energía solar, eólica y la agricultura sostenible.

El Rol de la gobernanza y las alianzas

La transformación laboral en la República Dominicana requiere una gobernanza efectiva y alianzas sólidas entre el sector público, privado y educativo. Abogamos por “procesos de gobernanza ágiles y colaborativos que incluyan a múltiples actores”, este enfoque es particularmente relevante para cerrar las brechas identificadas en los informes.

El establecimiento de consejos de innovación regionales y la integración de prácticas de gobernanza digital podrían catalizar los esfuerzos para modernizar sectores clave como la manufactura, el turismo y los servicios financieros, que representan una gran parte del PIB dominicano.

Debemos seguir avanzando

La República Dominicana se encuentra en una encrucijada histórica. Por un lado, los avances tecnológicos ofrecen un enorme potencial para transformar la economía y mejorar la calidad de vida. Por otro lado, las brechas en infraestructura, habilidades y políticas públicas representan obstáculos significativos que deben superarse.

Confirmamos la premisa que hemos repetido en múltiples espacios: el progreso no es lineal; cada retroceso es una oportunidad para recalibrar el rumbo. Este momento es una oportunidad para establecer una hoja de ruta que priorice la inversión en educación, digitalización e inclusión. Solo mediante un esfuerzo coordinado y sostenido podrá el país cerrar las brechas y posicionarse como un líder en el mercado laboral del futuro.

El contraste entre las aspiraciones globales y la realidad local nos exige acción inmediata y decidida. La transformación digital no esperará por nosotros. Cada día que pasa sin una estrategia clara es una oportunidad perdida para miles de dominicanos. El futuro del trabajo no es un destino predeterminado; es una construcción colectiva que requiere compromiso, inversión y visión de largo plazo. El momento de actuar es ahora.

Por: Arturo López Valerio.
Empresario Tecnológico

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