EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El periodista Bienvenido Scharboy Almánzar solicitó este jueves a la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, ordenar una profunda investigación en la Unidad de Atención a la Violencia de Género, Intrafamiliar y Sexual, ubicada en la calle Puerto Rico del sector Alma Rosa, por entender que los fiscales con asiento en esa dependencia privan de su libertad a hombres acusados de violencia de género, sin que la supuesta victima presente pruebas, además de que se «violan los debidos procesos».
De acuerdo a un comunicado, el comunicador citó el caso del procurador adjunto con asiento en esa unidad de Santo Domingo Este, César Payano, quien dio curso a una querella presentada por la señora María Yocasta Escotto de los Santos (Sulay), en contra del hermano del periodista, Víctor Scharboy Almánzar, a quien acusó, basada en «mentiras», de una supuesta agresión, que alegadamente nunca ocurrió, «algunas que el magistrado confirmó y otras que eran fácilmente demostrable, si el citado fiscal hubiera escuchado la versión del acusado, antes de la presentación de acusación y solicitud de apertura a juicio, cosa que nunca ocurrió».
Scharboy Almánzar aclaró que siempre ha sido un abanderado y aliado de la lucha del movimiento feminista contra la violencia de género y por los derechos de las mujeres, y que si su hermano hubiera sido culpable, él en su condición de activista social no lo estuviera defendiendo, porque siempre ha sido una persona coherente con sus ideales y su práctica.
«La ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer fue creada para garantizar los derechos de todas las víctimas de violencia intrafamiliar y aplicar la justicia a los agresores, feminicidas, violadores sexuales, entre otros verdugos; pero autoridades policiales y judiciales han permitido que supuestas agredidas la utilicen con fines de extorsión y obtener dinero», precisó.
Algunas presuntas irregularidades y falsedades del expediente
El denunciante detalló que lo primero que resulta sospechoso es que la denunciante interpuso dos denuncias, una el 4 de agosto y la otra cuatro días después, el día 8 de agosto, denunciando la misma alegada agresión, con dos versiones contradictorias sobre supuestas amenazas, una con un motorista con un pasamontaña y otra de supuestos sicarios en un vehículo, que se presentaron a la casa de una amiga, cuyo nombre ni dirección ofrece, a amenazarla; pero que le dijeron no le iban a hacer nada.