“Muchas veces me ha pasado eso, luchar incesantemente contra un obstáculo que me impide hacer algo que juzgo necesario o conveniente, aceptar con rabia la derrota y finalmente, un tiempo después, comprobar que el destino tenía razón.” Ernesto Sábato
Las crisis internas de los partidos políticos no son cosa nueva en el ejercicio político de esta media isla, antes del régimen que nos constriño durante 31 años, fue la lucha a muerte entre los caudillos que buscaban el poder por medio de las armas, durante la dictadura trujillista que dejo como un único caudillo al generalísimo solo el temor y la violencia sostenían al dictador y después de la caída del trujillismo, vino el proceso de democratización con sus traumas y conquistas sociales.
Luego de los 12 años de Balaguer, los 8 años del PRD, primero con Don Antonio Guzmán y luego Salvador Jorge Blanco, ambos enfrentados desde aquellos días de la revolución de abril, principalmente por la propuesta de la solución Guzmán, pero la crisis que sumió al PRD en su segunda división formal luego de la salida del profesor Juan Bosch en 1973 y la fundación del PLD; fue la crisis postelectoral de 1986 con el retorno de Balaguer al vencer al candidato del PRD, Jacobo Majluta y luego la lucha con Peña Gómez por la candidatura presidencial de 1990 que dio paso al surgimiento de las organizaciones Bloque Institucional Social Demócrata (BIS) y el Partido Revolucionario Independiente (PRI).
Dicha división facilitó la retención del poder para beneficio de Balaguer, en medio de las denuncias de fraude de parte del PLD y su candidato Juan Bosch. Luego del proceso electoral, Peña Gómez que pudo agenciarse las siglas del PRD y competir con ellas en ese proceso, había vencido a Majluta por el control del jacho y la legitimidad opositora con miras a las elecciones de 1994 y el resto es historia y el PRI termino siendo aliado del PRD y luego devino a un partido bisagra del sistema al igual que el BIS.
En esos comicios, Peña Gómez propuso a Bosch una alianza para sacar a Balaguer del poder, dicha propuesta fue rechazada por el presidente y candidato del PLD. Lo que polarizo el proceso entre Bosch y Balaguer, quedando Peña Gómez en tercer lugar seguido por el PRI de Majluta en cuarto lugar.
Balaguer con el PRSC obtuvo 678,065 votos para un 35 %, Bosch con el PLD sacó 653,595 para un 33 %, Peña Gómez encabezando la boleta PRD y BIS alcanzó la cantidad de 449,399 para un 23% y Jacobo Majluta con el PRI fue votado por 135,649 de dominicanos para un 7 %.
La división del PRD y la negativa de Bosch de pactar con Peña Gómez, mantuvo a Balaguer en el poder.
Con el pasar del tiempo, 24 años después en la crisis postelectoral del 2012 que dio origen al PRM y que dicho trance durante el proceso electoral del 2012 mantuvo al PLD en el poder.
El PRM desplazó al PRD de la primacía opositora en los comicios del 2016, siendo primer desprendimiento de ese partido que lograba ganar la legitimidad opositora ante el PRD, al sacar 1, 613,222 equivalente a un 35 % de los votos, mientras que el PRD de Miguel Vargas Maldonado fueron reducidos a un pírrico 5 % del sufragio.
El PRD devino del principal partido opositor y el más grande del sistema, a otra bisagra que pacta más para sobrevivir políticamente que para aportar electoralmente.
Ambas divisiones, que comparten similitudes con la división del PLD y la FP; tienen una característica que no puede ser obviada, todas en sus respectivos momentos beneficiaron al partido oficialista en medio de una reelección presidencial.
Desde el 2019, la división del PLD se formalizó con la renuncia del Ex presidente Leonel Fernández y la fundación de la Fuerza del Pueblo (FP), mientras protagonizan una lucha fratricida contra el PLD, tal cual Jacobo Majluta y Peña Gómez desde aquella convención del tristemente célebre, concordazo. Al día de hoy, Leonel Fernández y Danilo Medina hoy luchan ferozmente por la legitimidad opositora.
La división del PLD y la FP, tal cual la división del PRM y PRD en el 2016, es la división de la oposición política, que luego de este breve resumir histórico deja en evidencia que beneficia al partido de gobierno.
Creo prudente concluir con la siguiente frase de Bertolt Brecht, citó: “Quien no ha compartido la lucha, compartirá la derrota.”
Por Jesús M. Guerrero
