“Es peor que un crimen, es un error.” Joseph Fouché
Al escribir estas palabras, no es refiriéndome al lapidario epílogo de la insigne pluma del inmortal, Ernesto Sábato, sino a la realidad actual de un pacto político en el cual, predomina el rencor ante el consenso.
Con el devenir del tiempo, luego de anunciada la traumática alianza por el rescate RD, donde sus principales representantes no han sido capaces de fotografiarse juntos, en el caso de los expresidentes Danilo Medina, Leonel Fernández y el propietario del Partido Revolucionario Dominicano, (PRD), Miguel Vargas Maldonado.
Un negocio redondo para el presidente del PRD, que parecería ser que ha podio ajusta la cuenta pendiente con el expresidente Leonel Fernández de aquel tristemente celebre pacto de las corbatas azules que fue el principio del fin del centro de lucha de hombres y mujeres por las transformaciones sociales del país, que fue la escuela de la democracia, el PRD que en la actualidad es una entelequia propiedad exclusiva del patrimonio de Vargas Maldonado.
A todo esto, las declaraciones contrarias a la alianza opositora que han surgido desde el Partido de Liberación Dominicana, (PLD), han sido muchas desde antes de anunciar dicho reencuentro boschita, con la amenaza del secretario general del PLD, de renunciar del partido si se concretaba dicho pacto, renuncia que todavía se espera.
Dicha alianza que no se sabe si es de los rencores o de impunidad, porque parecería que más los une una complicidad que la voluntad política. Pero, cuando se vislumbra la unión criterios, el candidato presidencial del PLD, ya sea en su propia voz o en la de vocero autorizado, lanzan el dardo envenenado de que la organización que quede arriba en los comicios municipales de febrero, debe recibir el apoyo del partido que quede en tercer lugar para las elecciones presidenciales de mayo, a lo que los voceros de la Fuerza del Pueblo (FP), han calificado de absurdo.
Durante la proclamación del candidato a alcalde del PLD en San Juan de la Maguana, el candidato presidencial anuncio con una arenga digna de un general ante sus tropas desmoralizadas, de que llevarían un candidato propio a senador en dicha provincia dando la espalda al principal patrocinador de la candidatura municipal de Lenin de la Rosa, que es el actual legislador de la Cámara Alta por el granero del sur. A lo cual, Lenin de la Rosa ha hecho caso omiso y apoya públicamente a Félix Bautista, contario a la línea del partido morado.
Ante las supuestas, dos millones de firmas publicitas como un logro del expresidente Leonel Fernández, recibe la siguiente respuesta de su homólogo, Danilo Medina en medio de la elección de delegados para elegir los candidatos a regidores del PLD, cito: “El Partido de la Liberación Dominicana está demostrando que es organización con una existencia real, no fingida o abultada, con números verdaderos que no se dan por el simple hecho de ofrecerlos.”
Tal cual la respuesta del expresidente Medina al mote que le endilgó a la sazón su compañero de partido, al tildarlo como Trujillo del siglo XXI y este respondió cuatro años más tarde calificando a Leonel Fernández y sus acólitos, como dioses del Olimpo.
Este recuerdo de la división que desalojó al PLD de la casa de gobierno y deja mal parado el alegato de Francisco Javier García de que la reunión entre ambos presidentes de sus respectivas organizaciones políticas, no se ha producido el encuentro por otros factores y no por una antipatía que, de lo político ha pasado al plano personal desde el quirinazo, lo cual es un hecho notorio para el país.
Francisco Javier García que renunció a la jefatura de campaña de Abel Martínez y que reconoció públicamente que, al día de hoy, la oposición no tiene como vencer al oficialismo.
Ahora con la línea comunicacional aprobada por Danilo Medina, respecto a una posible alianza en el Distrito Nacional, es evidente la imposibilidad de arribar a un acuerdo, cuando la condición para que el PLD apoye a Omar Fernández es que Leonel Fernández decline sus aspiraciones presidenciales en favor de Abel Martínez.
Cada posibilidad de ampliar dicho pacto, es boicoteada desde las entrañas del PLD, por el propio Danilo Medina, parecería ser que la alianza por el rescate no tiene quien la salve de Danilo Medina.
La coalición ha empeorado la situación interna del PLD, tal cual la de la FP, parecería ser que los ruidos que ha generado dicho aglutinamiento de voluntades, han sido adversas para desarrollar un esfuerzo conjunto de oposición política.
Parece ser que lo pactado entre PLD y FP, no es competir dignamente en el venidero proceso electoral del 2024, sino sobrevivir para no pasar al estado actual del PRD, sobrevivir para seguir luchando por la legitimidad opositora.
Tanto Danilo Medina como Leonel Fernández, saben a la perfección que quien quede por encima del otro, podrá absorber el partido del perdedor, tal cual, el PRD absorbió al Partido Revolucionario Independiente (PRI), algunos años después de la crisis que concluyo la titularidad del PRD al frente del Poder Ejecutivo en el año 1986.
Al claudicar Leonel Fernández ante los engreídos de palacio, como bautizó al otrora poderoso comité político de su antiguo partido, el gran perdedor del acuerdo entre ambas organizaciones, ha sido el tres veces expresidente de la República, al cargar con su alta tasa de rechazo y ahora con la de Miguel Vargas, Danilo Medina y la maltrecha marca partidaria del PLD.
Creo prudente concluir, parafraseando un fragmento del pacto entre derrotados, del laureado Ernesto Sábato, cito: “La vida del mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla… No cabe pensar que la oposición se va a ocupar. Los opositores han olvidado que su fin es promover el bien común.”
Por, Jesús M. Guerrero hijo
