Este martes 7 de junio se llevará a cabo en siete estados norteamericanos las primarias tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, en la que se verá las fuerzas electorales de los y las contendientes, principalmente la candidatura a la presidencia por el partido del burro, como popularmente se llama a los demócratas.
La lucha se agudizará para este Súper martes, pues un triunfo en esas demarcaciones, llevaría la contienda a fuerzas prácticamente igualadas. California con 546 delegados a elegirse, New Jersey con 142, Montana perseguirá seleccionar 27, New México 43, North Dakota 23 y South Dakota 25, harán que tanto Sanders como Clinton se empleen a fondo para tratar de conquistar los votos que le sumen delegados.
Es indiscutible que los equipos de campaña de Hillary Clinton, que hasta el momento cuenta con 1769 delegados (sin contar los 544 super delegados que dicen votarán por ella en la convención) y Bernie Sanders, con 1501 delegados (descontando los 46 super delegados) concentrarán sus fuerzas en California, en donde a pesar de que el ganador no lo tomará todo, ni tomará más, le permitiría al senador de Vermont poder continuar en la pelea.
De su lado, Hillary Clinton debe llegar a la convención demócrata del 25 de julio en Filadelfia con aires de invencible, por lo que tiene que impedir a como dé lugar una victoria de Sanders en este súper martes.
Como he reconocido en anteriores escritos, Bernie Sanders ya ganó aún pierda de la ex canciller la postulación demócrata. He llegado más lejos con respecto a Sanders: considero que el ejemplo exhibido por el senador por Vermont lo hace merecedor de un premio Nobel de la Paz, idea que he explicado cuando me he referido al tema.
Y es que los sectores más sanos, antiguerreristas, reformadores sociales, juventudes, grupos étnicos minoritarios, etc., han apoyado a Sanders en esta cruzada por el adecentamiento y las reformas económicas y sociales de la sociedad norteamericana, la cual atraviesa por una descomunal crisis, que por instantes amenaza con destruirla.
En su epopéyica carrera en aras de conseguir la candidatura a la presidencia demócrata y realizar los cambios americanos, el doctor Sanders a pesar de ser judío, se ha distanciado de los todopoderosos grupos israelitas americanos y mundiales, como forma de mantenerse como un ente independiente y poder ser un interlocutor válido en un futuro acuerdo Israel-Palestina, necesario para la paz mundial.
Del lado de la doctora Hillary Clinton la cosa es muy diferente, pues por más que ella trata de establecer distancia, detrás de su candidatura se encuentran las grandes corporaciones multinacionales, el capital financiero y la ultra poderosa industria mundial, que solo les interesa mantener sus ilimitadas tasas de ganancias, en un mundo en donde la desigualdad social se incrementa cada segundo.
Pero en la acera republicana no se pierde el tiempo, y de ahí que el virtual candidato republicano Donald Trump, trata de menguar la gran fuerza proselitista que exhibe Clinton, sacando a relucir el uso de los correos privados de la ex ministra de Relaciones Exteriores, asunto que electoralmente podría afectar a la aspirante a ser la primera mujer en asumir la presidencia de Estados Unidos. Legalmente el caso es irrelevante, ya que otros en su puesto igualmente lo utilizaron.
Esperemos pues los resultados de las primarias de este martes en todos esos estados de la unión norteamericana, que de seguro definirán quién será el próximo inquilino o inquilina de la Casa Blanca.
Por Elvis Valoy




