República Dominicana está señalada por estudios de organismos internacionales como uno de los países más vulnerables a los desastres naturales, estamos amenazados por huracanes y nos encontramos en una zona de alta actividad sísmica.
En nuestro territorio proliferan asentamientos humanos de alta vulnerabilidad, fruto de violaciones a las leyes y a la relegación histórica de respuestas estructurales efectivas a los problemas de la pobreza y la exclusión social.
Con frecuencia sufrimos las consecuencias derivadas de la ausencia de un ordenamiento: pérdidas de vidas y bienes materiales, así como la degradación del suelo, desforestación, contaminación de las aguas, entre otros males. Años tras años los fenómenos atmosféricos nos señalan debilidades, que es preciso ir reduciendo.
Asombra la incapacidad de reflexión de nuestra sociedad, muy pocos se refieren a las causas de los desastres y no se toman medidas para evitar que se repitan estos lamentables acontecimientos.
En nuestro país los actuales usos del suelo no se corresponden con un proceso de ordenamiento territorial ni con otro tipo de planificación. Nuestro territorio se degrada aceleradamente, se usa el suelo de manera caótica y desordenada.
En las tierras fértiles pasta el ganado y se construyen residenciales; se permite el cultivo en altas pendientes, los ríos se mueren y las presas se llenan de sedimentos.
Se hace urgente accionar para reducir las vulnerabilidades que persisten en nuestro país. No se debe seguir postergando la ejecución de las acciones pertinentes, a fin de que cada temporada de lluvias, no impacte negativamente en nuestra gente.
La reciente aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial debe ser el punto de inicio de los trabajos para ordenar el territorio. Ordenar nuestro territorio y aplicar a cabalidad la Ley 64-00, nos ayudará a reducir la fragilidad y mitigar los desastres.
El Ordenamiento Territorial es un mandato constitucional que en su Artículo 194, dice: “Es prioridad del Estado la formulación y ejecución, mediante ley, de un Plan de Ordenamiento Territorial que asegure el uso eficiente y sostenible de los recursos naturales de la Nación, acorde con la necesidad de adaptación al cambio climático”.
Sin la organización y ordenamiento del territorio en República Dominicana no es posible revertir las condiciones que nos señalan entre los países con más riesgos para su población en caso de desastres naturales.
Ni podremos evitar catástrofes como los devastadores incendios provocados por explosiones de plantas industriales y expendedoras de combustibles situadas en lugares poblados.
“La ausencia del Ordenamiento del Territorio actúa como retranca para la acción efectiva del Estado sobre las personas y el territorio”.
Si ejecutamos con celeridad el Plan de Ordenamiento Territorial, las próximas temporadas ciclónicas encontrarán al país inmerso en la gestión y organización de su territorio para el bien de todos los dominicanos.
Por ing. Carlos Checo Estrella