Es muy importante tener propósitos, y, además de eso, poder planificarlos. Lo primero te permite tener claro la ruta de cada tema y lo segundo diseñar un cronograma para lograrlo.
Es un procedimiento válido en toda dirección, personal, institucional y de empresas y gobiernos. Así podemos agregar todo tipo de actividad con la que procuramos alcanzar metas específicas.
Cuando República Dominicana haga eso vamos a descubrir que somos menos pobres de lo que lo consideramos. Sobre todo, nosotros mismos.
Si tenemos propósitos planificados es la única manera en que podemos auditarlos y verificar si avanzamos en la dirección correcta. En consecuencia, nos permite enderezar el camino si no vamos bien.