Desde niño escuchaba a mi padre el Dr. Padilla Cordero, declamar unos versos que había escrito y en este poema mencionaba a Diógenes pagano, el filósofo griego. Y recordaba esa historia de “andar con un foco en la mano a plena luz del día buscando un hombre honrado”. Y al final de los versos en su búsqueda se cuestionaba: ¿es que no soy honrado pregunte finalmente, o es que busco entre los otros lo que en mi no en encontrado?
¡Qué difícil es entrometerse tratando de entender las posturas políticas!, cuando la mayoría de la veces, los pensamientos que subyacen no tienen nada que ver con principios o valores tales como: la ética, el auto respeto, la coherencia, el modelaje de conductas, el mantener lo correcto aun a pesar de las conveniencias del momento, la moral, la honradez, honorabilidad y donde las cosas quedan disueltas y resueltas de un plumazo y aquí no ha pasado nada.
Recuerdo a un amigo de infancia que me decía viejo Tim. Y tenía una gracia natural para contar historias y para hacer chistes sin parar, a veces competíamos y me salía con la máxima, chiste 33. Pero uno de ellos me llegó a la memoria por aquello de la burla que es la política.
El contaba: en el viejo oeste en un pueblito bien lejano, llegó a la cantina el temido villano Rufian I y comenzó a tomar tequila, al cabo de un rato se paró, saco la pistola, disparó al aire, y en la mesa habían como 14 pistoleros más, los miró y se pronuncio: los que están a mi izquierda son unos cuatreros, los que están a mi derecha son unos forajidos. Y uno muy molesto se paró y dijo, yo no soy un forajido, y el gran villano le dijo, pues pásele para este lado compa, órale. Dígame usted, ¿en quién se puede creer? Si tiene una respuesta dese una vueltica por el Congreso.
Y tal vez ahora con la moda de que es más importante el sentir que el ser, por aquello de la perspectiva de género, si usted se siente una mariposa, pues vuele, vuele alto, pero no pase muy cerca del tendido eléctrico, para que no le pase como al pájaro aya yai.
Pero ya asumiendo la postura del padre de los Cínicos Diógenes aterrizo en el tema que nos convoca. Parece ser que el Rey del Sol Luis XIV, le podría permitir a su tocayo el presidente Luis Abinader, con el poco poder que aglutina, decir a boca llena su legendaria frase: L’État, c’est moi. A Luis XIV se le reconoce como la principal figura del Absolutismo. Este poder casi total que se da en nuestra fallida democracia, es el resultado de las falsedades y manipulaciones de la trampa de la partidocracia.
La famosa y denominada Alianza Rescate RD podría no pasar la prueba de Diógenes si usamos su foco, al ser inconsistentes con su propio criterio, pues en el año 2012 fue precisamente Leonel Fernández quien promulgó la ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo y le pasó el mando a Danilo Medina, todo siguió morado.
Esta ley aunque aportaba un paradigma correcto, que cualquier nuevo gobierno tuviera que continuar el camino, independientemente de que no haya sido su iniciativa, intentaba facilitar el criterio de continuidad del Estado. Pero la reelección presidencial lo ha boicoteado todo. Por esto la partidocracia se ha constituido más bien en el reparto del botín y no ha sabido llevar el barco de la nación a buen puerto.
La mejor muestra es la enorme abstención que viene reflejándose en los procesos electorales y al parecer, eso no parará. El pueblo dominicano es sabio, a pesar del hipnotismo fallido de la falsedad de los discursos políticos.
Están todavía frescos los argumentos del propio Leonel Fernández en su participación en el debate, sumándose a la ley que promulgó y que el congreso morado aprobó, así como también aprobó la constitución del 2010. El único ajeno a todo esto y totalmente excluido, ha sido el pueblo dominicano, quien en todo momento ha tenido que pagar los platos rotos y hasta ahora lo ha hecho hasta con tranquilidad y paz.
Sin embargo la nobleza del pueblo dominicano ha sido consistentemente burlada y retada por las iniciativas y leyes que los congresos con reconversión de color, han desarrollado gracias al transfuguismo y la compra de conciencias.
Echar mano de una ley pro ONU para volver a castigar y humillar al pueblo dominicano no tiene sentido y es hasta plausible, la no cooperación voluntaria del pueblo dominicano, ante cualquier intento de medidas propias de una dictadura. A propósito, el pueblo tiene muy pendiente reaccionar de frente contra la fatídica ley del DNI. El país no necesita ni tolerará nunca más Sátrapas ni Mesías.
No es posible que el respeto a un orden constitucional esclavizante, sea más importante que la salud y la libertad del pueblo dominicano, quien equivocadamente no ha querido recuperar el poder, que solo a él le corresponde, dejándolo en manos de una partidocracia burladora y delincuente.
El pueblo dominicano tendrá que hacer justicia con sus propias manos, no acatando, no colaborando, mostrando las manos caídas, para imponer como soberano el Referéndum aprobatorio, de forma tal que el mismo pueblo se de la medicina que entiende le conviene.
En este punto cabe preguntarse: ¿es el pueblo para el gobierno o el gobierno para el pueblo? Evidentemente la práctica ha demostrado que luego de que una cantidad de forajidos alcanzan el poder, el proceso digestivo se les invierte y aquello de muy mal olor se le sube a la cabeza.
Pero el cuento de mantener al pueblo dominicano cautivo por cuatreros o forragidos de la política, debe terminar por lo que será el mismo pueblo dominicano quien realice las reformas.
¿Pero como lo haría? Ese mecanismo hay que crearlo y establecerlo, porque no existe nada imposible y mucho menos ahora en tierra de Colon y de la Inteligencia Artificial. Mientras tanto que todo se mantenga en Stop y el pueblo dominicano se mantenga en alerta. El cuarto poder debe ejercer su función de influencia racional y objetiva, en defensa de la familia dominicana, porque el riesgo de erosionar el clima de negocios es alto.
El pueblo dominicano no tiene dolientes, la farsa de no querer participar en la cumbre propuesta por el presidente, fue solo eso, una farsa. ¿Por qué? Porque se rompió la consistencia demostrada en todo el camino, en la defensa de una ley que debió ser modificada profundamente en enero del 2022, la ley 1-12.
Sobre todo cuando se han tenido posiciones automáticas ante situaciones emergentes, donde se han fijado posiciones de inmediato, sin la necesidad de hacer el bulto de “consultar al partido”. Tristemente queda entre dicho la grandeza del liderazgo para el bien de la familia dominicana.
El pueblo dominicano no tiene dolientes y es correctísimo que el país se imponga la constitución que se merece, derogue las leyes que no le convienen, tenga su propia ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, un nuevo código tributario libre de abusos contra la familia, leyes libres de ataduras con la agenda 2030 y la mafia estatal.
Esa ley 1-12 promulgada por Leonel Fernández, incluye todos los pactos que ha querido implementar el presidente Luis Abinader: El pacto eléctrico, el pacto fiscal, el pacto de refugiados, el pacto migratorio, y otros pactos mas, así como también políticas transversales que incluyen aspectos que erosionan la cultura familiar del país, como lo es la ideología de género. Para mi es la ley de la traición a la Patria.
Esta pasada campaña electoral fue una burla completa y total al pueblo dominicano, Luis Abinader no tuvo oposición, ni tiene oposición, los discursos no brillaron en defensa real del pueblo dominicano. La misma oposición llevó al presidente Abinader en sus brazos a la silla de alfileres. Y ahora con todo el poder en sus manos y además sin oposición, si lo desea, hasta se re habilita y va como candidato invencible en las elecciones del 2028.
Si los poderes públicos emanan del pueblo, entonces la Constitución de la República debe ser modificada por y para el pueblo dominicano, así como la derogación de leyes que solo le hacen daño.
Todas las reformas y pactos deben ser aprobados por el pueblo dominicano no por una comisión de semidioses que no le representa.
El referendo aprobatorio es una pieza clave para darle una lección a la partidocracia y mostrarle un poco de auto respeto y del propio veneno, que le han inyectado a la sociedad dominicana. Con este referendo, la partidocracia estará de rodillas frente al pueblo dominicano, esperando su veredicto. Y a partir de ahí, y de los cambios que imponga el mismo pueblo, nacerá una nueva sociedad, verdaderamente democrática y de derechos.
Los detalles de las medidas que consideramos pertinentes sobre este particular, están identificados y en la lista de espera, con el objeto de dar soporte al nacimiento de una nueva cultura política en el país. Me temo, que si el pueblo dominicano no avanza y sigue permitiendo que la partidocracia lo esclavice, lloraremos como mujer, lo que no supimos defender como hombres.
Por: Julián Padilla
