Europa tiene bastante clara su visión continental a futuro. De ahí viene su interés por agilizar las políticas sobredisminución de energía procedente de combustibles fósiles. Además de efiecientizar los costes de energía, hacer sus sistemas más amigables y sostenibles con el medio ambiente para preservar así sus recursos naturales.
Por esa razón surgió el Nord Stream II. Este proyecto de infraestructura marítima es un sistema de gasoducto ruso-europeo, que tiene la finalidad de proveer gas naturalsiberiano a gran parte de Europa. Tendrá una longitud de 1,224 kilómetros, que, a través del mar Báltico, conectaráRusia con Alemania. También una capacidad anual de transportar 55,000 millones metros cúbicos de gas natural; locual en principio, podrá abastecer de energía limpia y barata a más de 26 millones de hogares.
Actualmente su ejecución se encuentra en un 90 por ciento de avance. Pero, se entorpeció su finalización debido a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a más de 120 empresas vinculadas al consorcio Gazprom, principal desarrollador del proyecto. Sin embargo, Rusia y Alemania conjuntamente con la Unión Europea, han declarado como inaceptable la injerencia y amenazas estadounidenses.
Pero ¿cuál sería el verdadero interés de Estados Unidos para impedir la construcción de esa obra que beneficiaría a millones de europeos y, garantizaría tanto la independencia de los derivados del petróleo como la preservación de su medio ambiente?
Principalmente, algunos dicen que sus intereses más arraigados son los geopolíticos. Es decir, que Estados Unidos pretende evitar a toda costa la preponderancia del Kremlin en Europa, y específicamente, proteger a su socio de Ucrania de lo que representaría la materialización del Nord Stream II.
No obstante, en vista del proteccionismo económico y comercial que Estados Unidos adoptó desde la llegada del señor Trump a la Casa Blanca, sería contraproducente pensar en ese objetivo en primer plano. En tal sentido, como los estadounidenses exportan poco más del siete por ciento de la extracción de petróleo, con destino final al mercado europeo, y son sus multinacionales quienes se verían afectadas,entonces podemos decir que su principal y real interés es el resguardo y control de los intereses económicos y comerciales norteamericanos en esa zona.
Sencillamente, es imposibilitar que el dinero que producen esas operaciones y entra a Estados Unidos, se vaya con destino a Rusia.
Cabe resaltar, que Estados Unidos tiene poco menos de cinco años dentro del negocio de exportación de gas natural. Siendo el destino Europeo uno de los más beneficiados, pero pagando tal recurso natural a un elevadísimo coste. De modo que, esto nos incentiva a reflexionar que al poco tiempo de iniciar en ese negocio, probablemente no se le ha sacado los beneficios esperados.
Por tanto, de culminarse el gasoducto Nord Stream II, la dependencia de los combustibles fósiles, que son llevadas a Europa mediante compañías y buques estadounidenses,bajarían considerablemente, prescindiendo de una vez y para siempre de tal porcentaje de crudo (7.3%). Así también, como las exportaciones del costoso gas natural estadounidense. Todo esto, por supuesto, colocaría en tela de juicio gran parte de la importancia estadounidense en Europa.
Por consiguiente, que las diferencias de Estados Unidos con Alemania y Rusia, por la construcción del Nord Stream II no se solucionen por la vía diplomática, es muestra del debilitamiento de su influencia en el viejo continente. De manera que, como las justificaciones estadounidenses carecen de amparo jurídico internacional, lo más sensato sería escuchar el llamado de atención de la Unión Europea. Para de esa forma, abrir un diálogo que permita dirimir dichas controversias por los canales diplomáticos idóneos.
Finalmente, basta con observar de cerca los nuevos acontecimientos ruso-europeos para darse cuenta que el Nord Stream II es, hoy en día, uno de los nuevosprotagonistas geopolíticos.