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23 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

No somos una base militar

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Los intereses del gobierno del cambio no son los intereses de la nación dominicana. Cada día se dan nuevas demostraciones de cuan alejados estamos del corazón trinitario. Pero da mucha pena el ver como aliados mercenarios oportunistas, otrora seudo nacionalistas, mantienen sus labios cerrados y no profieren palabras en defensa innegociable de la soberanía nacional. ¿Qué “santo respeto” pueden inspirar en estos momentos las fuerzas armadas y la misma comandancia en jefe de la nación dominicana?

Estamos jugando con fuego, y el fuego quema. Todo se traduce, en el cuento del narcotráfico y de la crisis haitiana, que se sabe no van a concluir, pues lo que persiguen en el fondo los neo fusionistas del cambio y mercaderes traidores ubicados de este y el otro lado de la frontera, es convertir todo el territorio nacional en un solo espacio y para facilitar sus operaciones. Y los capos rubios, tener el control del negocito en toda la región del Caribe.

Ya los amagues de intentar usar el país como una base militar se habían hecho, en los primeros años de la grave emergencia nacional que vive el país, gracias a la gestión del cambio.

Pero ahora, se “planearon” situaciones combinadas, para que convergieran en quisqueya una serie de visitas ordenada por el condenado amante rubio, que su ambición narcisista planetaria le empujan, para a cambio de cualquier acuerdo conveniente con la mafia de la narco política nacional, se les permita prácticamente tener una base militar en el país.

Eso de utilizar el aeropuerto de las Américas y de la base aérea de San Isidro para el combate al narco tráfico en el Caribe, parece ser una doble moral del narco gobierno ó algo huele muy mal en Dinamarca.

Es que de repente somos el país que más ha crecido de la región, hasta convertirse en un “Narco estado” y tener una narco partidocracia y un “narco gobierno”. Y todo gracias a la mafia de la partidocracia, donde hasta los mismos tecnicismos legales le aúpan.

Cuando se habló recientemente de que Francia quería convertir a la nación dominicana en un centro regional para el combate a las drogas y tener aquí una academia especializada para ello, advertimos claramente del gran peligro que correría la nación con esa iniciativa INCONSULTA con el pueblo dominicano.

Los intereses del incondicional gobierno del cambio, no son los intereses de la República Dominicana. Urge y ya lo hemos repetido hasta la saciedad, urge EL REFERENDUM DEL SOBERANO MANDANTE. Vamos mal y el derrotero indica que iremos peor.

Pero estamos en guacherna, romo y en bemberrias, y los que deberían alzar su voz primero mirando el peligro, y no vendiendo como lo hacen la conciencia nacional, estamos callados, silenciados por Mamón y crecidos ante la creencia de ser premiados por nuestras realizaciones digitales de excelencia.

Esta gestión de gobierno es el más grande engaño de nuestra historia republicana. ¿Por qué tenemos que esperar cuatro años para despedir lo que no es plausible?. ¡Vamos por el Referéndum del Soberano Mandante Bi anual, ratifiquemos o despidamos a medio término lo que no funciona, esto es urgente, por la salud de la patria!

Pero la verdad es que no nos interesa el país, ni a la partido mafia, ni al cuarto ni al quinto poder. Ya no nos importa la suerte del pueblo dominicano, y solo nos interesa hacer dinero. Si, a nosotros los que vivimos hablando pendejadas todos los días en las redes, y solo nos enfocamos en decir que un personaje tuvo un cólico hoy, y que fue porque se comió un casabe ayer, cuando la nación cada día es menos nuestra.

La doble moral nuestra es tremenda, nada plausible, y cuando las cosas importantes suceden, nos enfocamos a criticar algún chisme de farándula. Y hacemos como los que con uniforme son parte del crimen organizado, y cuando saben que caerán algunos bultos de algún polvo blanco en unas avionetas, entonces miramos para otro lado, y decimos también que fue un H error.

Que incapaces somos de dar respuesta verdadera a los grandes problemas nacionales. Así los súper independientes de la política, que no saben siquiera diferenciarse de la misma partido mafia que critican. Pues en el fondo, su único interés es tener vigencia, y recibir sin hacer un carajo por el país, dineros del presupuesto nacional. Y no podemos diferenciarnos pues participamos en el mismo circo que tanto criticamos.

La suerte del país no está echada, hace rato que los huecos del barco de la nación han inundado la proa y queda poco para que también sucumba el estribor. Pronto no se oirá el grito eleven anclas, pues para que, si ya no se verá una luz al final del camino, y el horizonte solo nos muestra destrucción y muerte.

Pero eso sí, los uniformados están prestos a defender con su vida a cada desgobierno civil, aunque eso signifique la destrucción definitiva de la patria. Y ahora más, que ser maricón está permitido, y que el ordene y mande se puede decir con un ramo de rosas.

Pero aun así, es necesario insistir, la República Dominicana no es una base militar, no necesitamos una segunda Guantánamo en el Caribe, somos latinos, caribeños, nos debemos a nuestra raza. Digamos no a cualquier imperio, no a ser neo colonizados, el país no es del presidente, ni de su narco gobierno. El corazón Duartiano, de Mella y de Luperón insisten en latir fuerte y en recordar, que anhelan una nueva restauración, aunque para ello deba llegar la sangre al rio.

Soberano Mandante levántate, toma conciencia de la maldad y la traición que encierran las decisiones que se toman desde la silla de alfileres. Reclama el poder que es tuyo y retira la delegación que hiciste a lo que ha resultado una representación maldita y traidora, delegación que de las que abusan los aspirantes a sátrapas y fusionistas, que no merecen ser llamados dominicanos.


Por Julián Padilla

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