NUEVA YORK._ “No me quiero morir sin encontrar el cadáver de mi hija”, clamó ayer miércoles fuera de la Corte Suprema Estatal de Queens, la señora Gloria Puello, madre de la dominicana Wanda Romero, asesinada supuestamente por su amante que estaba casado Rafael Rodríguez, y que está siendo enjuiciado por el homicidio, aunque ocurrió en noviembre de 2003, hace 15 años, pero el cadáver nunca ha sido encontrado.
Rodríguez, se defendió así mismo, testificando ante los jurados y repitiendo que es inocente, pero la policía alega que él confesó en el interrogatorio que había matado a la mujer e incluso, les dijo a los investigadores donde ir a buscar el cuerpo, que no hallaron en ningún lado.
La madre de la muerta, que estuvo en el tribunal con su hijo Franklin Romero y familiares cercanos, dijo que durante 15 años no ha podido dormir tranquila. su hija jamás descansará en paz, hasta que no se encuentren sus restos y se les dé cristiana sepultura.
“Ahora estamos batallando a ver si se le hace justicia y si aparece por lo menos, aunque sea el cadáver de mi hija, porque son muchos años que yo he sufrido”, dijo la mamá de la muerta.
El hermano dijo “si Dios quiere, hoy se haga justicia, porque cada cosa que (Rodríguez) dice, es mintiendo y mintiendo”.
Los fiscales alegan que Rodríguez escapó a la República Dominicana después de esconder el cadáver de la mujer y fue detenido cuando trató de huir a Panamá.
Rodríguez dijo que en noviembre del 2003, ellos, fueron a una bodega de noche. Allí jugaron dominó, se bebieron varias cervezas y que la mujer se encolerizó, porque quería seguir la juerga, pero el negocio iba a cerrar.
Dijo que es la última vez que la vio, después dejarla en su casa e irse para la suya, donde su esposa e hijo.
Especialistas jurisconsultos, han puesto su atención en el caso. Es poco frecuente que se enjuicie a alguien, sin el cuerpo del delito. Sólo en base a una supuesta confesión, que Rodríguez está negando ahora.
“Yo, no la maté”, clamó el dominicano ante el jurado que decidirá su futuro al terminar el proceso.
Rodríguez, quien había huido a la República Dominicana, fue capturado y extraditado a Nueva York, para enfrentar a la justicia.
Su abogado, Edward J. Muccici, dijo que es poco probable que los fiscales ganen el caso, porque no existe un cuerpo de delito, el cadáver que es clave y el arma homicida.
“Lo que la fiscalía tiene son pruebas circunstanciales. No tienen ninguna evidencia física”. Agregó el defensor de Rodríguez.
Descartó que la supuesta confesión a la policía, tenga algún valor, debido a que nunca firmó nada.
Una prueba de ADN fue imposible de hacérsele a Rodríguez, precisamente por la falta del cadáver de la mujer.
La pareja mantenía un concubinato y ella, fungía como amante de Rodríguez, mientras él estaba casado con otra.
«Wanda me llamó para que le pagara el arreglo de sus uñas. Fuimos a la bodega, tomamos unas cuantas cervezas durante dos horas y media, jugamos dominó y luego se enfadó porque creo que iban a cerrar «, dijo Rodríguez, de 47 años desde el estrado y siguiendo el juicio a través de un intérprete en español y con un audífono en sus oídos.
Dijo que la llevó a la casa de ella, y se perdió en el camino de regreso. Rosedale, era donde está la casa que compartió con su esposa y su hijo.
“Nunca supe lo que le pasó. Todo el mundo la estaba buscando. Nadie la vio», dijo Rodríguez.
-¿Por qué te fuiste de Estados Unidos?, le preguntó su abogado.
«Tenía miedo de que sus hermanos me hicieran algo», respondió Rodríguez.
Fue acusado dos veces en 2002 por empujar y agredir a la víctima en casos de violencia doméstica, pero ella siguió con él.
Si el jurado lo declara culpable, Rodríguez enfrenta hasta 25 años en la cárcel.




