Una mujer fue detenida como principal sospechosa de la muerte de su hijo de dos años, en un caso que ha conmocionado al sector Villa Verde, en La Romana. Las autoridades aún no han esclarecido las circunstancias del hecho, pero el padre del menor ofreció una versión que dibuja un panorama perturbador. Según declaraciones de los parientes, esta había expresado antes del crimen que escuchó una voz que le dijo que “el infante ya había cumplido su misión.
Las alucinaciones pueden definirse como un tipo de experiencia perceptiva que ocurre en ausencia de un estímulo apropiado, tiene la fuerza y el impacto de la percepción actual correspondiente, y no es sensible al control directo y voluntario de la persona que la experimenta.
Las alucinaciones, y en concreto, las auditivas, han sido descritas en una gran variedad de trastornos psiquiátricos. Romme y Escher, realizaron un estudio en una amplia muestra de pacientes psiquiátricos holandeses e informaron que las alucinaciones auditivas se presentaban en el 53% de los sujetos diagnosticados de esquizofrenia, en el 28% de los trastornos afectivos, en el 80% de los disociativos y en el 13% de los trastornos de personalidad. Asimismo, también hay datos que demuestran que pueden aparecer en población general sin ningún diagnóstico psiquiátrico, entre un 4 y 25% de la población informan haber padecido alucinaciones auditivas a lo largo de su vida.

Las alucinaciones constituyen, los trastornos más característicos de la psicopatología de la percepción y de la imaginación, y uno de los síntomas del trastorno mental por excelencia: el prototipo del loco es el de aquella persona que dice ver, escuchar o sentir cosas que nadie más que él puede experimentar. Sin embargo, pese a su indudable valor diagnóstico, no siempre indican la presencia de un trastorno mental.
La primera definición sobre este trastorno se atribuye a Esquirol (1832) quién habló de la alucinación en los siguientes términos: “en las alucinaciones todo sucede en el cerebro. La actividad del cerebro es tan intensa que el visionario, la persona que alucina, otorga cuerpo y realidad a las imágenes que la memoria recuerda sin la intervención de los sentidos”. Años más tarde, Ball (1890) psiquiatra de la escuela francesa, ofrecería una definición más concreta de los fenómenos alucinatorios, ya que simplemente los conceptualizó como “percepciones sin objeto”.

Los fenómenos alucinatorios no se limitan al terreno de la psicosis, sino que ocurren también en otras muchas situaciones (trastornos disociativos, duelo, deprivación sensorial, daños neurológicos). Así, su valor como indicador diagnóstico específico es limitado, ya que cualquier tipo de alucinación, a priori, puede aparecer en síndromes psiquiátricos. Sin embargo, ciertos tipos de alucinaciones tienen connotaciones importantes para el diagnóstico.
ALUCINACIONES AUDITIVAS: Estas son las alucinaciones más frecuentes en sujetos psicóticos y adquieren normalmente dos formas: verbales y/o no verbales (ambas pueden darse en un mismo individuo). Wernicke en 1900 denominó a los primeros fonemas y suelen presentar un tono amenazante o imperativo en las psicosis esquizofrénicas. Por ejemplo, el paciente puede percibir voces que hacen comentarios a una tercera persona sobre los actos del enfermo.

Las psicosis afectivas graves de tipo depresivo también pueden acompañarse de alucinaciones verbales que suelen tener contenido imperativo o culpable para el sujeto que las experimenta, siendo congruentes con su estado de ánimo. Por el contrario, los episodios maníacos se acompañan en alguna ocasión de alucinaciones verbales de contenido agradable o de grandiosidad propias del estado expansivo del enfermo que los padece. Es importante anotar que el contenido de las alucinaciones puede influir directamente en el comportamiento del paciente y provocar conductas bizarras, destructivas, o suicidas.
No obstante, tradicionalmente ha sido un síntoma asociado a la esquizofrenia. Schneider las consideró como un síntoma de primer rango si se demostraba la ausencia de patología orgánica.
De hecho, en un estudio
Según la Organización Mundial de la Salud, las alucinaciones auditivas era el segundo síntoma más frecuente en el diagnóstico de esquizofrenia. Los investigadores entienden que las voces ocurren cuando la persona atribuye erróneamente su habla interna a una fuente externa al yo.
En este contexto, el término habla interna hace referencia al diálogo que una persona realiza consigo mismo para regular su propia conducta. Vygotsky fue el primero en describir el desarrollo del habla interna en la infancia. Este autor afirmaba que dicho tipo de habla era en un primer momento habla social que el niño durante su maduración psicológica interioriza hasta convertirse en lo que denominamos como pensamiento.
Las alucinaciones auditivas verbales (oír voces sin estímulo externo) se han utilizado como criterio de diagnóstico para ciertos trastornos neuropsiquiátricos como la esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad o estrés postraumático, aunque se puede decir que ocurren en múltiples diagnósticos.
Las experiencias de escuchar voces no son como pensamientos en voz alta, sino que tienen una clara identidad social. Las voces son tanto identidades sociales alucinadas como puedan serlo palabras y sonidos alucinados. Uno de los mayores estudios hasta la fecha de personas con diagnostico psiquiátrico que tienen alucinaciones verbales señala que más del 31% de oyentes escuchan voces que identifican y no son anónimas, sino miembros de su familia, Dios u otras personas, lo cual implica que las personas se relacionan con ellas de la misma forma que interactuamos en el mundo social. Por todas estas cosas, reclamamos una Ley de Salud Mental.
El autor es docente de Neurociencias de la Universidad Católica Santo Domingo UCSD y la PUCMM.
Por: Rafael Emilio Bello Díaz.
