Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de abril 2024
logo
OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

“Nada es casual, todo es causal”. ¡Reflexiónese!

COMPARTIR:

Esa es una de las frases que más se lee y se escribe en todas las bibliografías de carácter esotérico, ¡Sencilla y de fácil recordación! Pero, con un sentido bastante profundo, por constituir ese la esencia misma de la “Ley Natural de Causa y Efecto”, de aplicación y cumplimiento inexorables a nivel de toda la especie humana, en el tiempo y momentos más convenientes, lo cual está a discreción de la Madre Naturaleza.  ¡Es Ella quien sabe el cuándo, y cómo!

De la tanta importancia le revisten los grandes conocedores del esoterismo, que hasta le asocian con la existencia misma del Creador Supremo, cuando se dice que “Dios es la causa del efecto llamado Universo”, que se le considera su cuerpo.

Además, que igual Causa es cuánto subyace en todo aquello que se torna inescrutable en el marco de la mente humana; que es insondable para la ciencia, no obstante, los avances logrados, y los ingentes esfuerzos que se hacen para descodificar determinados factores o elementos biológicos funcionales, en los cuerpos humanos, principalmente.

A pesar de ello, no es tan significativo el número de seres humanos que reparan en las sentencias que de la misma se derivan de esa ley natural, ya sean de orden punitivo, o compensatorio-beneficioso. Es obvio que, siempre se recoge lo que se siembra; ¡jamás algo distinto!

Cuando la Madre Naturaleza pasa factura, por las acciones indebidas en que se incurre y los malos pensamientos que se anidan, la tendencia normal es a preguntarse, ¿por qué me pasa esto a mí?; ¿por qué tantas desgracias?

Las respuestas correspondientes pueden estar localizadas en un tiempo no muy lejano hacia atrás, por lo que con facilidad se pueden detectar las razones que vienen provocando algunas compensaciones futuras, ahora presentes, y hasta bien asociarles con lo que de momento acontece.

Tampoco se asimila, que las situaciones y circunstancias, muchas veces desastrosas, por las que se debe pasar, y se atraviesan durante cada corriente de vida humana en curso, constituyen enseñanzas para reflexión respecto del accionar futuro; y que, sus conquistas reportan avances de consideración, en términos de evolución espiritual, para la entidad encarnada, el Alma, que es en verdad lo llamado hombre, general, sin importar sexto.

En virtud de cuánto se ha expuesto con anterioridad, de inteligentes es entonces, tener bien presente, ¿cómo actuamos hoy?; qué sembramos? Pues, cuánto después nos llegue, sí que con esas actuaciones tendrá que ver; ¡qué no es cuestión de buena o mala suerte!, tal lo conciben algunos

¡El karma siempre se cumple, quiérase o no! La Madre Naturaleza factura y cobra. ¿Cuándo y cómo? Solo Ella lo sabe. Qué esperen los receptores, las puniciones, o lo que se podría considerar, como los premios correspondientes.

Finalmente, de orden es apuntar que, cuando de karma se trata, ya sea de creación reciente, o maduro (acumulado), no solo son objeto del mismo los hombres (general), en términos individuales, sino que también es aplicado de forma grupal, nacional, y hasta regional,

Muchas de las circunstancias adversas, mayormente, las más notorias, por las que atraviesan muchos pueblos y países hoy, obedecen a causas que con anterioridad se han sembrado, y cosechan en el presente los frutos merecidos; verbigracia: Puerto Rico, Haití, Dominicana, y Venezuela, entre oros. ¡No se pueden negar sus grandes problemas económicos, políticos, y sociales! Lo que está pasando en esos actualmente, no es casual; es causal, tiene sus porqués.

Razones múltiples se conocen en tal sentido, como son, por ejemplo, las desaprensiones y malos manejos de muchos políticos allí, electos para dirigir sus destinos, y que han contado para alzarse con el poder de fuertes apoyos pueblerinos la mayoría de las veces. ¿Y?

¡Suben, debido a que votan por ellos, sin prevenir consecuencias futuras! Todos llegan por los sufragios populares que reciben. ¡Lamentable, pero es así!  Luego, a quejarse, ¿verdad?

 

Autor: Rolando Fernández

Comenta

[wordads]