EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Mujeres en Desarrollo Dominicano (MUDE), promovieron este fin de semana la campaña disruptiva: “Eso es violencia”, esto en consorcio con Save the Children, Sindicalistas sin Fronteras (Iscod UGT) y Alianza ONG, con el financiamiento de Unión Europea y el apoyo del Ministerio de la Mujer. La iniciativa busca provocar una conversación nacional sobre las violencias naturalizadas.
Según una nota de prensa, la campaña apuesta por una narrativa emocionalmente cercana. Habla desde lo cotidiano: lo que se escucha en la calle, en la casa, en la escuela o en el trabajo. Y lo hace con un objetivo claro: ayudar a la población a identificar como violencia aquellas conductas que por años se han justificado, minimizado o callado.
“Eso es violencia” no solo nombra, también propone: nos invita a no repetir lo que hace daño, a acompañar sin culpar, a actuar desde la empatía y la corresponsabilidad.

Los estudios que sustentan esta campaña revelan datos preocupantes. Según el estudio de mapeo de campañas de VBG realizado en 2024, muchas personas no identifican conductas como el control, los celos o los comentarios sexuales no deseados como formas de violencia, especialmente entre jóvenes y adolescentes (Gente Asociada SRL, 2024). Esta falta de reconocimiento es uno de los principales desafíos para prevenir la violencia basada en género.
Además, el informe de narrativas mediáticas resalta que a pesar del crecimiento en la visibilidad mediática de la violencia basada en género (VBG), la cobertura periodística continúa centrada mayoritariamente en el hecho violento, sin incorporar enfoques preventivos ni educativos.
Según el Informe final sobre narrativas mediáticas en torno a la violencia basada en género (MUDE, Save the Children, ISCOD y Alianza ONG, 2024), solo el 4.34 % de las más de 5,200 publicaciones analizadas contenían mensajes con elementos que pudieran ser asociados con la prevención, como recursos de ayuda, jornadas o campañas educativas.
Este bajo porcentaje refleja una tendencia preocupante: la prevención sigue sin ocupar un lugar prioritario en las agendas informativas, lo que limita la posibilidad de generar conciencia y transformación cultural desde los medios.
Además, el análisis revela que el 2.97 % de las noticias incluye elementos que podrían considerarse de revictimización, como cuestionamientos al comportamiento de las víctimas o sus familiares, así como juicios sobre su vida personal. Estas narrativas no solo desvían la atención del agresor, sino que también contribuyen a reforzar estereotipos y a culpabilizar a las mujeres, perpetuando un enfoque mediático insensible y poco transformador. Estos hallazgos evidencian la necesidad urgente de fomentar una cobertura informativa más ética, con enfoque de derechos y perspectiva de género.
Frente a este panorama, los contenidos de la campaña funcionan como herramientas de visibilización y transformación. “Reconocer lo que vivimos, lo que hacemos o lo que callamos es el primer paso para cambiar”, afirman las organizaciones voceras del proyecto.
La campaña ya se encuentra en circulación en medios tradicionales y digitales. También será compartida en escuelas, centros de salud, espacios comunitarios y redes sociales, con el fin de llegar a públicos diversos y movilizar conversaciones transformadoras.




