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25 de diciembre 2025
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OpiniónRafael Emilio Bello DiazRafael Emilio Bello Diaz

Migración y pacientes psicóticos 

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La Dirección General de Migración (DGM) informó el fallecimiento de una ciudadana estadounidense, quien se encontraba detenida en el Centro de Retención de Haina en proceso de deportación. De acuerdo con la DGM, la extranjera fue detenida a finales de abril en la región este del país por miembros de la Policía Turística, quienes la remitieron a la DGM con el propósito de validar su identidad, ya que no portaba documentación personal.

«Al desconocerse su identidad y nacionalidad, la Dirección de Inteligencia Migratoria realizó las indagatorias correspondientes, contactando diversas embajadas acreditadas en la República Dominicana». La entidad explica que fue el pasado miércoles que, a través de herramientas tecnológicas de reconocimiento facial, fue identificada la dama y se le notificó a la Embajada de los Estados Unidos en el país. Sin embargo, fue hallada sin signos vitales, “De acuerdo con las evaluaciones iniciales hechas por el médico legista y el DICRIM, el cuerpo no presenta signos de violencia. El cadáver fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), donde se realiza la autopsia correspondiente para determinar la causa exacta del deceso”, dijo Migración.

Durante semanas, se realizaron múltiples entrevistas. La persona mostró serias dificultades para comunicarse, incapacidad de identificarse y comportamientos que evidenciaban un cuadro de salud mental comprometido. Fue evaluada por profesionales de la salud mental, diagnosticada con trastorno psicótico. Manifiestan, recurrimos a herramientas biométricas avanzadas, incluyendo tecnología de reconocimiento facial, lo que permitió finalmente identificarla como Ellen Frances Hulett, ciudadana de los Estados Unidos de América.

En la Décima Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) se introdujo la categoría ‘Trastornos psicóticos agudos y transitorios’ (ATPD) dentro de la sección F2 ‘Esquizofrenia y trastornos relacionados’ (WHO, 1992). Esta categoría se creó a la luz de los estudios de la Organización Mundial de la Salud sobre psicosis agudas, este trastorno está asociado a un alto riesgo de conducta suicida y a un exceso de mortalidad por causas naturales.

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA,1990) definió claramente las crisis de angustia; se les define como una aparición temporal de miedo o malestar intenso, iniciado bruscamente y que alcanza su punto máximo durante los primeros 10 minutos, en los cuales se experimentan las siguientes manifestaciones somáticas o cognoscitivas: palpitaciones, sudoración, ahogo, opresión torácica, vómitos, sofocaciones, parestesias (sensación de hormigueo o entumecimiento), además de miedos profundos a morir, perder el control, volverse loco y despersonalización o desrealización.

Al movernos hacia una tópica psicobiológica se puede destacar que investigadores en el área han dado cuenta de un elemento llamado complejo GABA, un receptor de benzodiacepinas, que según estos plantean aparte de estar implicado en la acción ansiolítica de las mismas, se ha descubierto que puede tener una clara relación con la angustia.

Se describe también una angustia llamada psicótica, que se produce en las psicosis endógenas; ésta tiene una raíz mucho más profunda y marcada puesto que aparece en los pacientes con un trastorno psicótico, y en la mayoría de los casos no puede ser aliviada mediante ansiolíticos, sino por medio de neurolépticos o antidepresivos. En la óptica del psicoanálisis lacaniano tenemos que “la angustia es el único afecto que no miente” Según Lacan, el mismo refería que en la angustia lo que se experimenta es el enigma del deseo del Otro, puesto en la angustia el sujeto no sabe qué objeto es para el deseo del Otro. Ante tales planteamientos resulta lógico que, ante la pérdida de otro consistente, de quien se sabe qué desea y qué se debe hacer para complacerlo, tendrá como consecuencia el surgimiento de la angustia.

Por tanto, se hace imprescindible una Ley de Salud Mental.

El autor es docente de neurociencias y miembro de la Carrera de Investigador del Mescyt.

Por Rafael Emilio Bello Diaz 

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