El martes en la noche, Omar Fernández se paró frente al público a rendir cuentas como senador del Distrito Nacional. Pero lo que vimos fue mucho más que un informe legislativo: fue un político joven hablándole al país como si ya se estuviera midiendo el traje de presidente.
En vez de limitarse a leer cifras frías o repetir logros de oficina, Omar presentó propuestas concretas y ambiciosas: leyes para impulsar la economía, abrir espacio a nuevas industrias como los e-sports, regular la inteligencia artificial y proteger datos en un mundo cada vez más digital. No fue la típica rendición de oposición que se queda en criticar; fue una apuesta clara por decir “esto es lo que yo traigo sobre la mesa”.
El momento también tuvo un fuerte simbolismo. Entre los presentes estaba su padre, Leonel Fernández, líder de la Fuerza del Pueblo y principal figura de la oposición dominicana, lo que envió un mensaje claro de respaldo político desde la cúpula más alta de su partido. Y a su lado, con un apoyo más íntimo y familiar, su madre Rocío Domínguez, acompañando a su hijo en un escenario donde no solo se juega la política, sino también los sueños personales y las convicciones.
Lo interesante es que no estaba solo en lo político. Empresarios, líderes sociales y dirigentes de su organización también estuvieron allí, confirmando que cada vez más sectores lo ven como un relevo real, alguien que puede hablar de desarrollo económico sin excluir a nadie, que piensa en los jóvenes, en los emprendedores, en los barrios y en los profesionales por igual.
En su discurso dejó claro que no cree en la política de la pelea eterna entre bandos. Dijo que ningún país ha resuelto sus problemas con enfrentamientos entre políticos. Ese mensaje, sencillo pero contundente, refleja el tipo de liderazgo que conecta con una ciudadanía cansada de pleitos y promesas incumplidas.
La diferencia se notó: mientras otros se enredan en discursos técnicos o confrontativos, Omar habló de futuro, innovación y unidad. Y esa es la razón por la que muchos salieron de allí convencidos de que no escucharon a un simple senador, sino al que podría ser el próximo presidente de República Dominicana.