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19 de diciembre 2025
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Martha Camarena: “El Nuevo Diario es como mi primer hijo y me alegra ver cómo ha crecido”

Martha Camarena "muchos le dijeron adiós a don Persio cuando la empresa se tornaba cuesta arriba, pero Martha ahí seguía, pese a las vicisitudes". Martha Camarena "muchos le dijeron adiós a don Persio cuando la empresa se tornaba cuesta arriba, pero Martha ahí seguía, pese a las vicisitudes".
Martha Camarena "muchos le dijeron adiós a don Persio cuando la empresa se tornaba cuesta arriba, pero Martha ahí seguía, pese a las vicisitudes".
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EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. -Para Martha Camarena, El Nuevo Diario fue su primer hijo, al cual, según explicó le ha dedicado todo su entereza y le alegra saber cómo ha crecido a lo largo de los años.

“Cuando inicié en este proyecto con don Persio, no estaba casada ni tenía hijos, El Nuevo Diario fue ese primer hijo, al que le he dedicado toda mi entereza y es un orgullo para mi ver lo grande que ha crecido”.

Camarena, una de las fundadoras de El Nuevo Diario, cuando inició junto a don Persio Maldonado, el cabecilla de ese proyecto, tenía claro los grandes retos que había que enfrentar para poder materializar el sueño de fundar un periódico que se caracterizara por decir “las cosas como son”.

En ese entonces, en el año 1981, con tan solo 26 años, cuando salía de su trabajo todas las tardes y fines de semana, la joven Martha se reunía con Maldonado en el segundo piso de la empresa Alfa y Omega, propiedad del empresario Miguel Cocco, también fundador del periódico, quien puso su compañía a disposición para que El Nuevo Diario diera sus primeros pasos allí y se fuera organizando en la parte administrativa.

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“Fueron años muy difíciles”, explica Camarena, precisando que al iniciar ese proyecto la parte económica fue un gran reto para todos “porque éramos un grupo de jóvenes soñadores, tratando de hacer un periodismo liberal en aquella época y con recursos limitados”.

“Todo lo monetario que este grupo de soñadores podía dar lo hacía, éramos una familia y así pudimos salir adelante poco a poco”, añade Camarena.

Martha Camarena afirma que su trabajo para El Nuevo Diario afectó su relación familiar y rechazó atractivas oportunidades laborales para dedicarse a luchar por el crecimiento del este diario.

“He tenido que renunciar a la participación en mi hogar y familiar por El Nuevo Diario, porque tuve que dedicarle mucho tiempo, por eso digo que es como mi hijo. Yo decía: ¡Este es mi hijo y no lo puedo dejar!”

“¿Que si pensé en tirar la toalla? ¡Si!”, afirma Martha, quien relata que en una ocasión le manifestó a Persio su disposición de dejar de trabajar con él, pero, por la relación de amistad “tan grande” la cual dijo será para toda la vida, dejó el miedo atrás y continuó con el proyecto.

Muchos le dijeron adiós a don Persio cuando la empresa se tornaba cuesta arriba, pero Martha ahí seguía, pese a las vicisitudes.

En la empresa, Martha dice que era todóloga, fungía como asistente, secretaria encargada de cobros, de publicidad y de todos los demás departamentos.

Desde la creación del periódico el trabajo principal de Martha era administrar la empresa, abogando siempre por el crecimiento del periódico y porque sus colaboradores se sintieran como en familia, porque eso es lo que es El Nuevo Diario para ella: ¡una gran familia!

 

END es un pilar de la prensa dominicana

Para Martha Camarena, El Nuevo Diario (END), es un pilar de la prensa dominicana “porque siempre se ha caracterizado por decir las cosas como son y de hacer un periodismo independiente”.

Agrega que es uno de los periódicos de los que están más al día con las noticias y al no tener compromisos políticos eso lo hace más interesante.

En cuanto a la parte digital, señaló que el periódico siempre ha sido fuerte en esa área porque se ha mantenido a la vanguardia y va evolucionando a la par de las nuevas actualizaciones.

Proyecta que el periódico continuará en la innovación periodística “porque el cimiento está echado”, al tiempo de precisar que seguirá creciendo en el modernismo.

Algo jocoso

“Una vez llegué a mi casa muy incómoda por una situación que me había pasado en el periódico, y cuando entré, mi esposo me dice buenas noches y yo le respondí con voz airosa el saludo, entonces él me dice: sal y vuelve a entrar, que tú no estás entrando a El Nuevo Diario, estás entrando a tu casa. Y así me hizo salir y entrar 2 veces hasta que entré menos airada y le respondí con amor”, relató Camarena.

“Esto me enseñó a dejar los problemas del trabajo en el trabajo y no llevármelos a mi casa. Y agradezco la lección que me dio mi esposo y por toda la paciencia que me tuvo”.