Durante décadas, el eje de desarrollo turístico de la República Dominicana ha girado en torno a polos consolidados como Punta Cana, La Romana y Puerto Plata. Sin embargo, en los últimos cinco años, una localidad costera antes poco explorada se ha posicionado en la mira de inversionistas nacionales e internacionales: Miches, en la provincia El Seibo. Y hoy, gracias a proyectos de gran escala como Maralda, Miches ya no es una promesa: es una realidad en ejecución.
Su transformación está en marcha y es visible. Hoteles de renombre internacional han aterrizado, megaproyectos turísticos de uso mixto se están desarrollando, y la inversión inmobiliaria vive uno de sus momentos más dinámicos. Lo que ocurre hoy en Miches no es especulación: es ejecución.
Una ubicación privilegiada con acceso en expansión
Miches se encuentra a solo 97 kilómetros de Punta Cana, conectado por la carretera Miches – El Seibo – Hato Mayor, recientemente rehabilitada. El Plan de Inversión Pública 2024-2028, presentado por el Ministerio de Turismo y el MOPC, incluye la extensión de la autopista del Coral hacia Miches, así como la mejora de la carretera costera hacia Sabana de la Mar.
Esto reducirá el trayecto desde el Aeropuerto Internacional de Punta Cana a menos de una hora en 2026, y lo consolidará como parte del corredor Este del turismo dominicano, lo que mejora significativamente la conectividad para visitantes internacionales y nacionales. Además, el Aeropuerto de Samaná (AZS) y el de Las Américas (SDQ) también ofrecen alternativas viables, lo que diversifica las puertas de entrada para inversionistas y turistas.
Inversión privada en crecimiento exponencial
Según datos del Consejo de Fomento Turístico (CONFOTUR), Miches ha captado más de US$1,500 millones en inversiones hoteleras e inmobiliarias aprobadas en los últimos cinco años.
El fenómeno comenzó en 2019 con el Club Med Michès Playa Esmeralda, un resort eco-lujo con más de 300 habitaciones, que opera con ocupaciones cercanas al 90% en temporada alta y ha generado más de 1,800 empleos entre directos e indirectos.
Además, destaca la reciente inauguración del Hotel Viva Miches, impulsado por Don Papo Blanco y su familia, un empresario exitoso y de alta reputación en la República Dominicana, que contribuye a consolidar la oferta turística de la zona.
Hoy, el panorama incluye proyectos de alta gama como: Temptation Miches Resort, Zemi Hotels, Four Seasons Tropicalia, Hodelpa Costa Esmeralda y el más ambicioso de todos: Maralda.
Maralda: más que un megaproyecto, una nueva ciudad
Maralda es, sin duda, uno de los desarrollos turísticos e inmobiliarios más ambiciosos de la región del Caribe. Este proyecto, impulsado por la familia Nader, encabezada por George Nader, comprende más de 8 millones de metros cuadrados y no solo contempla hoteles de lujo y residencias de alto perfil, sino también un ecosistema urbano completo que redefine el concepto de desarrollo responsable.
Entre los primeros proyectos confirmados dentro de Maralda se encuentra Living The Noom, un concepto internacionalmente premiado por su enfoque en arquitectura biofílica, comunidades regenerativas y espacios diseñados para el bienestar emocional. Este desarrollo se enfocará en construir viviendas inspiradas en la conexión con la naturaleza, el equilibrio mental y la vida saludable, integrando amenidades como centros holísticos, senderos ecológicos, espacios para yoga, agricultura urbana, y un diseño arquitectónico que respira sostenibilidad.
Pero quizás el componente más visionario de Maralda es su plan de crear una ciudad habitacional interna para los colaboradores, técnicos, personal administrativo y familias que trabajarán en los distintos proyectos. Esta ciudad estará dotada de viviendas dignas, centros educativos, clínicas, áreas deportivas, supermercados y transporte interno, con el objetivo de que los empleados puedan echar raíces, desarrollarse y vivir con calidad dentro del mismo ecosistema turístico. No se trata solo de atraer visitantes, sino de construir comunidad desde adentro. Maralda quiere demostrar que se puede crecer con inclusión, con equidad y con compromiso social real.
Potencial inmobiliario aún en etapa inicial
El mercado inmobiliario en Miches está en una etapa de crecimiento temprano, pero ya muestra signos claros de aceleración. Mientras que en zonas consolidadas como Punta Cana el precio por metro cuadrado ronda entre US$150 y US$350, en Miches se pueden encontrar oportunidades entre US$30 y US$70 por m², especialmente en terrenos con vocación turística o residencial.
Este diferencial de precios, combinado con la alta demanda proyectada, ha llevado a consultoras como CBRE, Colliers y el Clúster Turístico del Este a estimar una plusvalía potencial de hasta 120% en los próximos cinco años, dependiendo de la ubicación y del tipo de proyecto.
Ya hay desarrollos inmobiliarios orientados al turismo de retiro, inversión extranjera, segunda vivienda, y proyectos ecoamigables. Algunos incluso están incorporando modelos de propiedad fraccional y soluciones habitacionales para nómadas digitales, un segmento en auge tras la pandemia.
Turismo sostenible o repetir viejos errores
Con todos los ojos puestos sobre Miches, el reto no es solo crecer, sino crecer de forma planificada. Si bien el interés del capital es legítimo, el Estado y los desarrolladores deben comprometerse con la sostenibilidad real.
La costa de Miches incluye ecosistemas frágiles, como manglares, humedales y zonas de anidación de especies marinas. La franja norte colinda con el Parque Nacional Los Haitises, una de las reservas ecológicas más importantes del país.
Por eso, el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Turismo han implementado normativas más estrictas sobre densidad, altura y retiro de playa. Asimismo, se están promoviendo modelos de construcción con certificación EDGE, LEED y WELL, especialmente en proyectos como Maralda y Living The Noom.
Conclusión: Miches como caso modelo de desarrollo responsable
Miches ha dejado de ser una promesa. Es, hoy por hoy, el destino turístico e inmobiliario con mayor potencial de crecimiento en República Dominicana, no por lo que podría ser, sino por lo que ya está ocurriendo.
La inversión fluye, los proyectos se ejecutan, las infraestructuras avanzan y los precios siguen siendo atractivos. Pero lo más importante es que Miches representa una oportunidad para hacerlo bien desde el inicio: integrando a las comunidades locales, protegiendo el entorno natural, innovando con nuevos conceptos de urbanismo y turismo responsable, y generando riqueza sin comprometer el futuro.
Quienes invierten hoy en Miches no solo están comprando tierra: están participando en la construcción de un nuevo capítulo del desarrollo dominicano. Un capítulo que promete ser más sostenible, más rentable y más humano.
Por Joan Feliz
