EL NUEVO DIARIO, CARACAS. – El presidente venezolano Nicolás Maduro se autoproclamó este jueves ganador del reconocimiento denominado Arquitecto de la Paz, una distinción creada por el propio oficialismo y presentada como un gesto simbólico en alusión al Premio Nobel de la Paz obtenido en octubre pasado por la líder opositora María Corina Machado.
El acto tuvo lugar en Caracas durante las actividades conmemorativas por los 195 años de la muerte de Simón Bolívar, figura que el chavismo utiliza como eje central de su discurso político e ideológico. La Sociedad Bolivariana, entidad que promueve el legado del Libertador, fue la encargada de otorgar el reconocimiento, alegando una supuesta labor de Maduro en la “construcción y preservación de la paz” en Venezuela y otras regiones.
Durante su intervención, Maduro agradeció la distinción y aseguró que representa un compromiso con la defensa de la paz, reiterando su narrativa de que el país es un territorio libre de injerencias extranjeras. En su discurso, lanzó críticas a potencias internacionales a las que acusó de ejercer presiones políticas y económicas contra la nación.
En el mismo escenario, el mandatario venezolano desafió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmando que cualquier intento de promover un cambio de gobierno en Venezuela fracasaría. Sostuvo que una administración impuesta desde el exterior no se sostendría por más de 47 horas.
Maduro acusó a Washington de intentar convertir a Venezuela en una “colonia” mediante la imposición de un gobierno subordinado a intereses extranjeros, señalando que ello implicaría la entrega de la soberanía y de los recursos naturales del país.
Las declaraciones se producen un día después de que Estados Unidos ordenara el bloqueo de petroleros venezolanos y exigiera la devolución de cargamentos de crudo que, según la Casa Blanca, pertenecen al pueblo venezolano. Estas acciones se suman a la reciente calificación del Gobierno de Maduro como una “organización terrorista” por parte de Washington.
El régimen chavista calificó estas medidas como agresiones de carácter colonialista y denunció una escalada en la confrontación bilateral, elevando el tono del conflicto diplomático entre ambos países.




