El odio se convirtió en algo común en el escenario político, donde vemos muchas personas siendo tendencia a través de un mensaje de odio directo a una persona y creando así una tendencia a su favor, convirtiendo ese contenido en algo viral de manera instantánea en las plataformas digitales.
En palabras de Herbert Marcuse refiriéndose al odio dice “… es reprobable bajo cualquier circunstancia y que solo puede tener consecuencias destructivas”. Por lo que es claro que esos mensajes crean muchos problemas en general, pero no soluciona nada. Eso nos pone a pensar ¿Por qué las personas replican en muchas ocasiones mensajes llenos de odio?
Para esa pregunta, cito al psicólogo Sigmund Freud, en el libro El malestar en la cultura, plantea que el verdadero prototipo de la relación de odio procede de la lucha del yo por su conservación y afirmación. Nace de la repulsa primitiva del mundo y según palabras de Freud viene de “la lucha del yo por su conservación y su afirmación”.
En todo los que nos relaciona, en este caso en específico, el mensaje de odio en la política viene por un deseo de algunos individuos que, a través de un mensaje negativo hacia una persona, poder conservar cierto nivel de relevancia mediante su afirmación y poder conservarse como alguien relevante a costa de alguien más.
Sobre las personas que hacen y viven de eso en todo escenario posible, un buen amigo mío me dijo sobre esas personas que “debe ser triste levantarse cada mañana pensando sobre qué mensaje de odio publicar contra alguien”. Algo tan cierto, porque al final el odio es como un borracho al fondo de un bar, que constantemente renueva su sed con la bebida. Un ciclo que solo genera más sed y no solo afecta a terceros, también a la misma persona que emite el comentario.
Por lo anteriormente expuesto, lo más sano no solamente en lo político, también en lo personal es ignorar u omitir el odio, aquellos que se ven tentados por esos mensajes les cito a Silvio Rodríguez, su canción Yo digo que las estrellas el cantautor cubano dice:
“…El que se presta para peón del veneno
Es doble tonto, y no quiero ser bailarín de su fiesta”
Por Félix Nova