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21 de diciembre 2025
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OpiniónRolando RoblesRolando Robles

Los franco tiradores de la lengua

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Es una especie muy antigua que, por desgracia, no está en peligro de extinción sino todo lo contrario, en franco proceso de evolución. Al igual que los escualos, ha cambiado muy poco, en lo referente al aspecto y al modus operandi. De hecho, los “malvados de la historia”, se comportan y lucen hoy exactamente igual a como los describe el Génesis.

Esa inercia evolutiva, además de la condición de depredadores a tiempo completo que los identifica, es el mortero que los mantiene unidos. Por lo general, atacan en jaurías, enjambres o manadas, pero, hay ocasiones en que actúan en solitario, como las serpientes.

Esta perorata viene a cuento, porque resulta de gran utilidad al momento de definir la situación actual de las alimañas a que se refiere el título de esta entrega: los “franco tiradores de la lengua”, que, aunque son tan depredadores como los escualos y ciertos reptiles, se asocian mejor con la especie de los malvados de la historia, que ya citamos.

Estos bichos, siguiendo los pasos del “foro público” de Panchito Prats, ahora sin la mirada inquisidora del Jefe -que imponía cierta regulación- han pululado y ocupado lugares prominentes en los medios de comunicación dominicanos, convirtiéndose -ellos y los medios que les sirven de cubil- en las principales fuentes de generación de opinión pública “fake” del país.

Hay que reconocer que aquí en Nueva York, esa desaprensiva especie no tiene el mismo impacto que en Santo Domingo; pero no es por falta de deseo o malicia sino, por ciertas razones que el mercado local impone, por ejemplo: el poco acceso a los medios, el régimen de consecuencias y las limitaciones propias de los migrantes de primera generación.

La falta de recursos materiales e intelectuales, la no disponibilidad de tiempo, etc.. Pero sobre todo, porque los emigrantes no pueden oír radio, ver televisión o leer periódicos todo el día; claro, con algunas excepciones.

La maleza verbo-moral, se ha reproducido como la verdolaga, de forma exponencial; y sucede el caso y viene a ser que, en nuestra media isla, de 10 millones de habitantes y 48,000 km2, hay más emisoras de radio y  de televisión -per cápita y por área- que en cualquier otro lugar del planeta.

Este hecho -que debía ser motivo de orgullo- por desgracia, sólo explica la numerosidad de la fauna en cuestión; como se explica que mientras más depósitos de aguas ociosas haya, mayor será la cantidad de mosquitos y por tanto, mayor la presencia dañina del Dengue. De cierto que la comparación nos ha resultado muy oportuna.

Mientras la gestación de los escualos y reptiles empieza por el contacto que a su vez genera el huevo, en el caso de los “franco tiradores de la lengua” -que en realidad son una sub especie de los malvados de la
historia- el apareamiento nefasto tiene lugar entre el arribismo y la inversión de valores de la sociedad, anidados en la venalidad y la dejadez del Estado, que sólo genera -cada cuatro años- gobiernos de minorías, ejecutores de agendas parciales y sobre todo, clientelistas.

En este punto es necesario reconocer que desde hace un par de lustros, en el país se ha ido construyendo una especie de resistencia colectiva al flagelo éste de la destrucción moral del prójimo con la difamación y la injuria vil. Y ello se explica porque la historia se desarrolla en ciclos, y en cada uno de esos períodos se registran cambios en uno u otro sentido.

Hoy se conocen casos en que los malvados han mordido el polvo de la derrota en los tribunales.

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