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28 de diciembre 2025
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OpiniónMihail GarciaMihail Garcia

Leonel tenía razón, 15 años después quedó demostrado

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Hace 15 años, exactamente el 24 de noviembre del 2010, un reporte del periódico Listín Diario recogía unas declaraciones del entonces presidente, Leonel Fernández, en donde calificaba de «falso debate» el tema de la asignación del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. En ese momento, se cernía sobre el escenario social y político dominicano una fuerte ola de reclamos para que se asignara dicho porcentaje a la educación preuniversitaria en el presupuesto nacional.

De forma muy responsable, Leonel Fernández señalaba que: “Está demostrado científicamente que no hay una correlación automática directa entre volumen de inversión y desempeño”. Y pidió, según cuenta el parte noticioso, enriquecer el debate sobre la educación y no limitarlo a un problema solo de dinero. Puso como ejemplo a Corea del Sur, un país que ha invertido menos que Estados Unidos en educación, pero ha tenido mejor desempeño en materia educativa.

Para Fernández, era más importante definir una filosofía educativa y apostar a un aumento paulatino de la inversión a los fines de que esa inversión tuviese una garantía de uso adecuado. La ola mediática se enfureció con las declaraciones del presidente, llenándolo de insultos y acusaciones que, hoy por hoy, pueden tildarse de absurdas e infundadas.

Resulta que 15 años después de aquellas declaraciones y a 11 años de la asignación del famoso 4% (vigente desde 2013), el tiempo, que es terco e implacable, ha terminado validando la postura del expresidente Leonel Fernández. Esto se debe a que no existe una mejora significativa en la calidad de la educación dominicana y, en adición, durante todo este tiempo, solo en el año 2020 (fruto de la contracción del PIB), se ejecutó un monto equivalente o mayor al 4% del PIB.

Los demás años donde se ha asignado el 4% del PIB, este porcentaje no se ha logrado ejecutar. El promedio de ejecución real del gasto en educación durante el periodo 2013 al 2024 fue de aproximadamente 3.7% del PIB.

Peor aún, según un informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado «Gasto Inteligente en Educación Escolar en América Latina y el Caribe», al hablar del incremento del gasto en República Dominicana lo cataloga de “Inversión sin reforma”.

El informe resalta que “el principal enfoque de la República Dominicana se centró en la movilización de recursos a través de un masivo compromiso político y ciudadano, pero falló en reformar las dimensiones operativas clave del sistema de financiamiento: la distribución, la ejecución y el monitoreo”, dándole la razón a los argumentos esgrimidos por Fernández y compartidos en los primeros párrafos de este artículo.

El referido informe da cuenta de que el principal desafío y característica del enfoque dominicano es que los esfuerzos de inversión no fueron acompañados por reformas estructurales, lo que diluyó el impacto real del aumento presupuestario.

De manera que, al cumplirse 15 años de aquellas declaraciones y luego de 11 años consecutivos asignando el 4% del PIB a la educación preuniversitaria, podemos resaltar la importancia de que el gobernante, como decía Juan Bosch, no se deje dirigir por las masas y sea él quien las dirija, porque su responsabilidad es ver más allá de la curva.

Leonel Fernández actuó con la responsabilidad que debe caracterizar a los líderes que buscan el bienestar colectivo.

En modo alguno, esto supone un llamado a echar hacia atrás la asignación del 4% a la educación, pero, sin dudas, hay que hacer un esfuerzo colectivo por llenar de contenido y visión la gestión educativa para lograr una verdadera reforma que garantice, como en Brasil o Chile, una institucionalización de la calidad y un monitoreo constante del dinero invertido.


Por Mihail García

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