Todas las encuestas sitúan al presidente Danilo Medina en las preferencias electorales con más de un 60 por ciento de la intención del voto para el próximo domingo 15 de mayo. A pocos días de la celebración de la gran fiesta de la democracia resulta una utopía pensar que ese estado de cosas pueda mínimamente variar.
La dirigencia del Partido Revolucionario Moderno y demás organizaciones de la oposición saben a ciencia cierta que su derrota es inminente, pero se niegan a aceptarla. Los partidos y grupos que adversan la candidatura del licenciado Danilo Medina comienzan a exhibir una conducta renuente en la admisión de los resultados electorales que describen las mediciones proselitistas.
La cultura de la derrota es inexistente en las lides políticas dominicanas, y ya se percibe el deseo de adulterar el proceso, lanzando estratagemas, en las que el PRM y demás organizaciones partidarias buscan afanosamente la manera posible de boicotear la victoria de Danilo Medina.
En la medida en que se acercan las horas en las que el pueblo dominicano visitará las urnas para seleccionar con su voto a las autoridades, el nerviosismo del espectro opositor es tangible, y las señales de incidental, anarquizar, boicotear, obstaculizar, etc., son más que evidentes.
A partir de ahora nuestra oposición no escatimará esfuerzo a fin de lograr la inestabilidad de los comicios venideros, conjura que el pueblo dominicano, sabio y calculador como siempre, sabrá rechazar.
Pues como ya las encuestas sitúan a un ganador con un alto porcentaje, en la agenda de la oposición se comienza a ejecutar la carta sobre la manga, que busca dar al traste con la fiesta de la democracia. En este momento se tomó como “chivo expiatorio” a la Junta Central Electoral, sometida a la innecesaria presión, luego de que todos los delegados de los partidos aprobaran el conteo electrónico, que evitaría el histórico fraude de los palitos del año 2002.
Esas agrupaciones políticas sin ruborizarse y sin un mea culpa, o una autocrítica por sus contradicciones documentadas en archivos, persiguen incidental el proceso con la irracionalidad del conteo manual.
Son las patadas del que se está ahogando, que a diestra y siniestra lanza golpes en menoscabo del que se encuentra a su alrededor. Mal ejemplo para nuestra democracia es que parte del liderato político persiga aviesamente desconocer la voluntad popular que se expresará en las urnas, simplemente porque los resultados medidos científicamente le son adversos.
El pueblo dominicano, que en toda su historia ha demostrado su inteligencia y su visión de futuro, rechazará vehementemente los planes macabros de abortar su libérrima decisión, llevados a cabo por desaprensivos que no aceptan su derrota.
Por ELVIS VALOY
