La construcción de drenajes pluviales se hace necesario en los actuales momentos ante la activa temporada ciclónica que inicia en junio, a fin de evitar tragedias, como pérdidas de vidas humanas y económicas, que producen las grandes inundaciones en el Distrito Nacional, Santo Domingo y otras provincias del interior del país”, sugirió el expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), ingeniero Teodoro Tejada. “Las inundaciones han provocado daños significativos en República Dominicana, incluyendo pérdidas económicas, afectando a la población, la infraestructura y el medio ambiente.
Se han registrado pérdidas en el sector agropecuario, daños a viviendas, y consecuencias en la salud pública”, señaló. Tal como se especifica Monsalve, los criterios para definir la capacidad hidráulica de una obra de drenaje lateral son: la vida útil de la obra, tipo de estructura, facilidad de reparación y ampliación y peligro de pérdida de vidas humanas. Según estos criterios, en la práctica mundial, las alcantarillas para carreteras, fuera de áreas urbanas, se dimensionan para un caudal con un periodo de retorno de uno a cinco años.
Drenaje pluvial sostenible: La combinación del cambio climático y la urbanización está empeorando los problemas de inundación en zonas urbanas; estimar la cantidad de lluvia que una ciudad puede tolerar sin inundar es una tarea fundamental. Con el cambio climático global y la rápida urbanización, el volumen de escurrimiento de aguas pluviales y la máxima descarga se han incrementado considerablemente durante la temporada de lluvias debido a la mayor frecuencia y alta intensidad de los eventos de tormentas y el rápido incremento de la superficie impermeable en las zonas urbanas.

Esto ha estado causando un aumento de los riesgos de inundación en las áreas bajas de la ciudad, causando importantes problemas sociales y pérdidas económicas. Las ciudades de todo el mundo enfrentan múltiples desafíos, incluida la expansión de las áreas pavimentadas, la pérdida de la cubierta vegetal y los efectos del cambio climático. Los sistemas convencionales de drenaje son particularmente afectados ya que normalmente su diseño inicial se ha basado en transportar rápidamente el agua de lluvia hacia las aguas receptoras; con frecuencia su capacidad está comprometida por el aumento de las áreas impermeables que producen grandes cantidades de escorrentía que se espera aumenten aún más en muchas partes del mundo debido al cambio climático. Lo cual provoca que las ciudades sean cada vez más vulnerables a las inundaciones debido a la rápida urbanización, Instalación de infraestructura compleja convencional, y cambios en los patrones de precipitación causada por el cambio climático.
La urbanización es una tendencia con efectos adversos sobre los recursos hídricos, ya que el aumento de la superficie impermeable genera problemas de inseguridad al incrementarse el escurrimiento de agua siendo de mayor riesgo las zonas de menor altitud, disminuye la recarga de agua a los acuíferos, entre otros. La gestión el agua de lluvia es un proceso que busca mejores prácticas del uso del suelo del paisaje construido, lo cual incluye la prevención de la escorrentía adecuando áreas para detener la escorrentía de agua, o bien, adecuando áreas con vegetación para la provocar filtración del agua.
Un sistema de drenaje pluvial es aquel que capta y conduce las aguas de lluvia a sitios de vertido para evitar inundaciones, o en su caso, para recibir un tratamiento o aprovechamiento de estas. Se encuentra conformado por tuberías enterradas –que se instalan en el centro de las calles-, sumideros o bocas de tormenta, emisores, colectores, subcolectores, tratamiento de aguas y sitio de vertido, además de las obras conexas como pueden ser plantas de bombeo, pozos de visita.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) define resiliencia como: La resiliencia de la infraestructura como la capacidad que tiene un sistema para soportar eventos extraordinarios que ocasionan algún efecto en el subsistema, originando que alguna parte falle. También, se define como aquella capaz de ajustar su funcionamiento antes, durante o después de los cambios y las perturbaciones, de modo que pueda continuar funcionando después de una interrupción.
La infraestructura resiliente no es aquella que no falla, sino la que puede sostener un nivel mínimo de servicio y recuperar su funcionamiento original en un tiempo y costo moderados después de sufrir un evento. La resiliencia de la infraestructura generalmente se ha relacionado con la integridad estructural de los sistemas, es decir, las partes físicas del mismo, esenciales para garantizar un rendimiento operativo continuo durante una carga extrema. Esta considera los principios de robustez, redundancia, recursos y rapidez. La robustez se refiere a la resistencia inherente del sistema para soportar demandas externas sin degradación o pérdida de funcionalidad.
En Suiza, pudimos conocer los atajos hidráulicos (pozos de entrada y mantenimiento de sistemas de drenaje pluvial de carreteras o campos) que influyen en la conectividad de la escorrentía superficial.
A nivel nacional, nuestro país carece de infraestructura para resistir la devastación natural y es vulnerable a fenómenos y desastres que causan destrucción de bienes y pérdida de vidas. La infraestructura hidráulica es fundamental ante los fenómenos hídricos dominantes, este tipo de infraestructura desvía las aguas pluviales al sistema de drenaje para su control total, evitando así inundaciones en las zonas urbanas.
Anualmente, 120 millones de personas están expuestas a peligros por ciclones tropicales que ocasionan inundaciones. 10 millones de personas experimentan inundaciones costeras cada año debido a mareas de tempestad, y 50 millones podrían estar en riesgo para 2080 por el cambio climático y el aumento de la densidad de población. Esto será consecuencia del aumento de la población, que trae consigo un incremento en la demanda de vivienda y servicios; dicha demanda es probable que rebase la capacidad de atención del estado, propiciándose el establecimiento de asentamientos irregulares en zonas vulnerables a fenómenos hidrometeorológicos.
El autor es docente de la Universidad Católica Santo Domingo UCSD y miembro de la carrera de investigador del MESCYT.
Por: Rafael Emilio Bello Díaz.
