Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de abril 2024
logo
OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

Las elecciones en la UASD y los candidatos

COMPARTIR:

Hacia mediados del próximo año 2022 deben ser celebradas elecciones de autoridades en la UASD, según lo establecen los reglamentos. L@s profesor@s activ@s   son los que tienen el derecho al voto y una porción muy pequeña  de estudiantes y empleados, sobre todo después del infausto claustro  del fallecido ex rector Miguel Rosado Monte de Oca que reformó los reglamentos y casi anuló la participación en la elección de autoridades. Sin embargo,  los profesores y empleados jubilados que nuestra vida laboral ha transcurrido en la UASD, sobre todo si antes también cursamos una carrera universitaria en ella, debemos amar La Academia e importarnos el destino de ella, porque nos debemos a ella, el país la necesita y necesita que como universidad estatal sea un coloso en sus acciones para el bienestar de los ciudadanos. Si en los últimos tiempos no se le ha visto así, no se le coloca en el justo sitial que debe ocupar, ha sido por el desorden de las diferentes fracciones políticas que han dirigidos el Estado dominicano.

Estos grupos han actuados como organizaciones de mafiosos, buscando favorecer las inversiones privadas lucrativas, a costa de los recortes de accesos a los servicios de los sectores populares, eliminando roles y funciones del Estado. No puede el gobierno ser administrado como se ha venido administrando en los casi últimos años, gobernando tomando en cuenta casi exclusivamente los intereses del capital privado; el gobierno invierte para luego entregar alegremente lo que invierte al capital privado criollo o extranjero, pero además entrega a inversionistas privados las tierras que antes fueron propiedad del Consejo Estatal del Azúcar; el gobierno construye hospitales para luego entregarlos al capital privado, para que los ciudadanos de las clases populares, las capas medias y de la pequeña burguesía con bajos ingresos no tengan acceso o confronten dificultades para el acceso a los servicios de salud, siendo estos muy costosos en los hospitales o centros médicos privados.  No puede seguirse manejando así el gobierno. Sencillamente no podemos aceptar que los gobiernos se sigan manejando así, porque los seres humanos necesitamos un bienestar y no un malestar, necesitamos una vida más digna. No solo los dominicanos necesitamos una vida más digna, si no los ciudadanos de otro países también.

 

Para que vivamos teniendo un Estado de bienestar, una sociedad política que actúe en función de la preservación de la vida, debemos exigir que los roles y funciones del Estado se incrementen y que este no favorezca el interés privado sin tener en cuenta el interés de los sectores populares. Hay que exigir al gobierno que su financiamiento en educación superior sea canalizado fundamentalmente a la UASD y no hacer inversiones de capital físico y de asignaciones presupuestales a las universidades privadas.

El Estado no tiene que hacer cuantiosas inversiones en la educación superior privada, ya que en el fondo las universidades privadas son entidades con fines de lucro. En estos tiempos de globalización neoliberal, pese a que esta lo propicia, no puede el Estado de un país pobre como el nuestro estimular la inversión privada en educación superior en áreas socio profesionales para la fuga masiva de cerebros, algo que ocurre con la medicina y otras carreras, cuando el país necesita de muchos médicos. Los candidatos a cargos importantes en la UASD, deberían ser elegidos si tienen una visión de la universidad estatal que no entre en contradicción con lo antes dicho, es decir, que se conviertan en los gestores o gerentes que den pábulo a provocar una nueva orientación del Estado dominicano.

El autor no va a referirse a los dos candidatos a rectores que ya se han lanzado, los cuales tiene grandes apetencias y posibilidades de alcanzar la rectoría: Edytrudis Beltrán y Jorge Asjana.

Ahora bien, sea quien sea el rector, el que sea tiene y debe administrar racionalmente la academia borrando toda orientación clientelar si se considera uasdiano y debe propiciar que el Estado dominicano tenga una reorientación respecto a la educación superior y vuelque su atención a la UASD, la universidad pública, la universidad del Estado. Ahora bien, a la hora de elegir no debe contarse nada más con quien va a ser el rector, si no también quienes serán los vicerrectores, quien o quienes serán decanos y como estará conformado el Consejo Universitario.

En tal sentido, es importante resaltar que en la UASD hay toda una pléyade de académicos que quieren enrumbarla por los mejores senderos, existe un grupo de académicos que apunta en esa dirección. Algunos de ellos han manifestado sus aspiraciones a ocupar curules importantes otros aspiran a cargos más bajos y alguno quizás no está aspirando. Contamos entre esos académicos a la Dra. Rosel Fernández, al Dr. Antonio Ciriaco, al Dr. Canario, el Dr. Leopoldo Artiles, el Maestro Bautista López, el Maestro Francisco Acosta Pérez, el Dr. Francisco Cáceres y algún que otro que pueda agregarse. Ellos tienen una formación y visión que favorece la ruta o sendero que la UASD y el Estado deben caminar.

Esa nueva orientación del Estado dominicano se dará cuando este se vuelque a invertir para el bienestar de todos los ciudadanos, no para la cúpula empresarial de la gran burguesía y sus megaproyectos, que quiere seguir saqueando el país y superexplotando a los trabajadores asalariados con salarios por debajo del límite mínimo del valor de la fuerza de trabajo. No podemos seguir sin salud al alcance de los proletarios y chiriperos, por lo que el Estado tiene que invertir más en salud pública y dejar de financiar la inversión privada en salud.

Además, debe ser planificada y regulada la inversión en construcción, porque no se puede permitir la construcción en terrenos de vocación agrícola y no podemos destruir las formaciones geológicas afectando ecosistemas. La agricultura de ser orientada a la producción de productos orgánicos.

Debemos aprender mucho de la pandemia de COVID-19, la producción de productos de origen animal debe valerse de las investigaciones de las zoonosis, para saber cómo nos protegemos y cómo debe ser nuestra relación las faunas silvestre y doméstica. El mercado no puede seguir sin las regulaciones, porque primero está la vida humana que el afán de lucro.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

Comenta

[wordads]