Esta semana lanzó su precandidatura a la alcaldía de Santiago, Abel Martínez, actual diputado peledeísta por esa provincia, quien sorprende con el anuncio a su entorno y a particulares.
Es muy singular y extraño que el presidente de la Cámara de Diputados exprese interés en convertirse en síndico de la ciudad de los caballeros en un tramo bastante avanzado del proceso electoral, y cuando sus contrincantes, dentro y fuera del PLD, han recorrido más de la mitad del camino.
Martínez se ha presentado tal si fuera la figura política más potable en Santiago, el “salvador” o héroe del PLD para conquistar la plaza municipal. Él les ha dado ventaja a los demás, dejando que corran primero, porque considera su popularidad tan alta que puede darse el lujo de no prepararse para la competencia.
No conocíamos el arrastre del que aparentemente hace gala este señor en Santiago como para elaborar a destiempo un proyecto hacia la alcaldía, con todo lo que eso implica.
Mientras los santiagueros llevan tiempo conociendo las propuestas de cada uno de los aspirantes, Abel Martínez antepuso sus aspiraciones sin dar al menos pinceladas de un programa de gobierno municipal.
Lo enigmático de su lanzamiento también radica en que como diputado él ha sido ratificado junto a los demás compañeros por el acuerdo del Comité Político que se reservó las candidaturas congresuales.
Ahora bien, Nahiony Reyes, competente e inteligente presentadora de televisión, esposa de Abel, es una joven dinámica y audaz que goza de carisma y aprecio.
Ella encaje perfectamente como candidata a vicealcaldesa de Santiago en la boleta del PLD, y la cuota de la mujer que establece la misma ley electoral, facilitaría las cosas.
Abel quiere que midan su aceptación popular y si él sabe que puede salir medianamente bien posicionado, tendrá espacio y mérito político para negociar la vicealcaldía para Nahiony.
Ella ahora está embarazada, pero cuando llegue la fecha de juramentarse, hace rato habrá parido.
Creo que por ahí es que anda la estrategia de Abel. El reloj corre.
POR LUIS BRITO




