La Universidad Autónoma de Santo Domingo, siempre ha sido el referente democrático de la República Dominicana, a pesar de las limitaciones económicas, ha logrado manejarse con un respeto estricto al derecho de los Uasdianos y Uasdianas a disentir y a pertenecer a la organización política que quieran pertenecer.
No se conoce un solo caso en que una autoridad universitaria, haya tomado decisiones en contra de cualquier servidor/a administrativo/a, estudiante o profesor/a; por el hecho de pertenecer a determinada organización política y/o tenga preferencia por algún o alguna político/a dominicano/a o de otras latitudes.
La Comisión que tradicionalmente dirige los destinos del proceso eleccionario, presidida por el Dr. Enerio Rodríguez Arias, con cincuenta y tres años de vida universitaria y que la integran otros connotados universitarios, entre ellos un Ex rector, el Dr. Fernando Sánchez Martínez, ha regulado durante varios periodos la competitividad hacia los cargos electivos de la institución y le ha dado salida a todas las dificultades propias de este tipo de actividad, con resultados favorables en la mayoría de las decisiones que ha tomado.
El proceder uasdiano en las elecciones para seleccionar autoridades, dirección de los gremios y del Sindicato de trabajadores, a pesar de los problemas del pasado, también es un referente, por cuanto al final, prevalece la unidad de la Familia Universitaria y la academia, continúa haciendo los grandes aportes que ha realizado durante sus casi quinientos años de vida institucional.
Sin embargo, en los últimos procesos electorales, han surgido elementos de preocupación: la difamación, la discriminación y la campaña sucia de parte de algunos miembros de determinados grupos de los que interactúan dentro de la universidad, que en la búsqueda de lograr una preferencia que no se han granjeado a base de aportes institucionales, lo quieren hacer, denigrando a personas con improntas de satisfacción social, difíciles de lograr, a menos que no se cuente con una formación que vaya más allá de la apetencia personal.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo, que ha realizado esfuerzos extraordinarios por marcar la diferencia entre lo común y lo imprescindible como contribución social, deberá rechazar permanentemente a quienes quieren lograr sus objetivos, sobre la base de la diatriba, la ofensa y la exclusión malsana durante el presente torneo electoral. Si esa academia logra el rechazo a quienes se ponen de espalda al tradicional respeto universitario a la condición del ser humano, da un paso agigantado hacia la dignificación, que por ser la Primada de América, está compelida a continuar siendo el referente del país y de las demás academias de América Latina.
AUTOR: PABLO VALDEZ
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