EL NUEVO DIARIO, SANTIAGO RODRÍGUEZ. – Ramón María Hurtado, conocido como “La Sapa”, celebra 50 años de una vida laboral marcada por la resiliencia y la honestidad, desde que comenzó a trabajar a los 10 años como gomero.
Al llegar de la comunidad de Los Indios, colindante con Caimito, allí reside Ramón María Hurtado. Los habitantes de este lugar se caracterizan por su humildad e inocencia, entre ellas La Sapa.
Desde su niñez, se vio obligado a trabajar debido al abandono de su padre. Su madre, Patria Hurtado, tuvo que enfrentarse a la vida para mantener a sus cuatro hijos, partiendo pitones para subsistir. Fue una mujer que se entregó por completo a la responsabilidad de criar a su familia bajo circunstancias adversas.
“Desde joven comencé a ver mi madre, Patria Hurtado trabajar en la empresa de Rafael Peralta Pérez, propietario del centro comercial Don Chucho”, relata Hurtado.
«Recuerdo que uno de mi primero trabajos fue con un hombre que le llaman “Relaciones”, propietario de un negocio de tapar gomas, ahí fue donde empecé a aprender el valor del trabajo duro», menciona.
La Sapa, refiriéndose a las experiencias de su madre, dice que a pesar de las dificultades y los retos de salud que enfrenta, tales como operaciones de hernia y apendicitis, Patria encontró en el trabajo una forma de vida digna y honesta, transmitiendo estos valores a su hijo Ramón, quien, a sus 60 años, ha mantenido la misma ética de trabajo.
Hoy, sentado en el mismo lugar donde comenzó su vida laboral a los diez años, reflexiona sobre su trayectoria.
“El dueño del puesto de tapar gomas fue quien me dio mi primera oportunidad de trabajo. Desde entonces, he estado en diversos establecimientos, siempre dedicado al mismo oficio”, añade.
En Santiago Rodríguez, “su vida es un recordatorio de que el trabajo honesto y continuo es un legado valioso para las futuras generaciones”.
Por Ángel B. Almonte y Juan Pablo Bourdierd




