La pulcritud y honestidad con que se ha manejado el Ing. Eduardo Estrella en los cargos públicos, que ha desempeñado, fueron los faroles que iluminaron el camino que, de su retorno al Congreso, después de veintidós años. Es un hecho, que debe servir de ejemplo para los líderes políticos, muchos de los cuales, salen manchados y tienen que sufrir el escarnio de la sociedad.
Con el anuncio de su renuncia al barrilito y otros privilegios, da un paso al frente, colocándose al lado de las voces que han estado clamando por la eliminación del “barrilito y el cofrecito”, que violan nuestra Constitución. Su atinada decisión, fue emulada por el nuevo senador Antonio Taveras Guzmán, quien también reiteró que no quiere ningún tipo de privilegio.
El pueblo espera, que los demás legisladores sigan estos ejemplos. La pandemia que azota a nuestro país y al mundo, requiere que todos sacrifiquemos algo para ayudar a los más afectados. En Chile el presidente Piñeira acaba de promulgar una ley que rebaja el salario del presidente, gobernadores, ministros y parlamentarios. Ojalá que Abinader haga lo mismo.
En nuestro país, los legisladores en vez de preocuparse por someter y aprobar leyes en beneficio de la población, solo se interesan en los proyectos que les permiten lucrarse. Aprueban préstamos sobre préstamos para lograr una tajada del pastel, convirtiéndose en uno de los poderes del Estado, más degradado y repudiado por la población.
En su edición de junio 2015, la revista Forbes detalla que el Congreso dominicano es el más costoso de la región y el que cuenta con más legisladores en relación al número de habitantes. Señala, que es el único que posee un sistema bicameral en centro América y el Caribe. Se ha convertido en un barril sin fondo, que requiere una reparación, como parte del cambio.
Luis Abinader debe comenzar con un plan de austeridad, eliminando el dispendio, haciendo cumplir la ley que dispone, que ningún funcionario puede devengar un salario superior al del presidente. Tiene la oportunidad para dar un salto histórico uniéndose a mandatarios, como Donald Trump, quien dona su salario, López Obrador que solo cobra un 40% y José Mujica, un 10% durante su periodo presidencial.
Lic. Elías Samuel Rosario Mata